De mil participantes con derecho a voto, en busca del futuro presidente del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba ha, ¿ganado? a Carmen Chacón por 22 míseros votos.
La deducción de este resultado, no puede tener peores augurios, y es que, lo que Zapatero ha roto lo ha realizado de por vida. Hasta su propio partido ha sido hecho añicos en manos de un embustero y patrañero pertinaz psicópata de la mendacidad.
Han vivido exquisitamente en Sevilla, una ciudad que por su hermosura, no debió darles cobijo. Y, esto, ha costado mucho dinero, ¿lo qué desconozco es de dónde ha salido? Mil personas, y muchos acompañantes alojados a todo tren, más viajes y dietas.
Para mi cansada mente me resulta imposible de calcular, pero, seguramente algo más de un millón de euros se podría afirmar. Estos políticos, y entre ellos el aparente ganador, era el vocero de su jefe Zapatero junto con la Salgado.
Todos ellos tres, veían brotes verdes y alardeaban de que España jamás alcanzaría los cinco millones de parados. ¡Ver hemerotecas! ¿Cómo fiarnos de quiénes han roto España? ¿Cómo confiar en un PSOE dividido en dos, menos por veintidós centésimas?
Y, lo peor de todo, es que desde que Zapatero –en buena hora– anunció su renuncia, entre preparativos para las elecciones, y una vez perdidas éstas, los nuevos eventos para disputarse a ver quién era, el nuevo cabeza de serie del PSOE, este partido político, lleva nueve meses sin darle con un palo al agua aunque cobrando espléndidamente todos sus mil militantes con derecho a este singular voto e igualmente todos sus adláteres. ¡Peor imposible!
La campaña, o quizás debiese decir las dos campañas, han venido convergiendo en la destrucción de la sociedad. De los derechos del aborto libre, de ataques a la Iglesia, y de la enseñanza en el marxismo. Aunque, eso sí, no para sus hijos educados en colegios de élite en Suiza, Estados Unidos o Reino Unido.
Para mí, un hombre fiel a sus ideas de izquierda y votante empecinado del PSOE hasta alcanzar la segunda victoria Zapatero, me siento avergonzado al escuchar tanta soberbia fuera de tono, del modo y sus maneras. España, no debe olvidar mi buen camarada y amigo Alfredito, posee una Constitución y a ella hay que atenerse.
La libertad, ésta que no posee límites ni fronteras es su bandera, y a su vez ésta, se convierte en un yugo difícil de portar sobre los hombros entre los que conformamos en lo individual la sociedad.
No existe, mayor represión individual y colectiva, que la libertad plena dentro de un marco social. Cada uno, se ve obligado por dicha libertad a cumplir con la ética o moral, consigo mismo, con su familia, con los vecinos, con los foráneos, con la ley, con la justicia y con la observancia de todas las reglas que se nos imponen a cambio de una libertad.
Pero, es lo más hermoso que posee el individuo, un legado que porta debajo del bracito el neonato. No confundir nunca con la permisividad.
La libertad, comporta más obligaciones y deberes que permisividades, pero, no se puede vivir sin ella. Con ésta juegan a la tarara cogidas de la mano, la tolerancia, la educación y el respeto, que unidas a la ética o moral, conforman los pilares sobre los que debe sustentarse la sociedad. Una sociedad sin fronteras.
Sin embargo, por lo poco que le he oído predicar a Carmen Chacón y a su pírrico vencedor Pérez Rubalcaba. La libertad, posee atajos y condicionantes. El principal de todos los enunciados por ambos: La intolerancia.
Demasiado grave para ser cierto. Esperemos a qué el tiempo, dé o quite razones. Entretanto, tampoco se están cubriendo de gloria los gobernantes del PP. Mañana, si la naturaleza sigue su curso y me deja, escribiré sobre una frase de nuestro ministro de Economía Luis de Guindos.
José Pardo Ferrer.
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