Lo qué nos faltaba. En el primer día de comparecencia por parte del Duque de Palma ante los jueces, éste acusa o involucra a Rita Barberá y a Paco Camps, ahí es nada.
El duque, se declara y declara inocente a su esposa, pero durante muchas horas de interrogatorio se hace difícil no cometer errores. Y él, los está cometiendo al acusar a todo lo que se mueve menos admitir, entradas fraudulentas de dinero en sus prietos bolsillos, así como, el seguimiento que se le ha realizado a dichos euros por caminos alejados más allá del ultramar, dado que la fiscalía posee documentos contundentes y acreditados del viajero capital.
Esta tarde, he recibido en mi casa a unos amigos franceses. Buena gente, con los que mantenemos varios lustros de amistad. Hablando de la situación española, y del mal camino por el que nos guía la UE, les he dicho que, la peor fechoría que Francia le ha hecho a través de nuestra siniestra historia monárquica, fue regalarnos al primer Borbón. ¡Y, así nos va!
Hasta no hace tanto, no sé el porqué, la prensa española ha estado amordazada para hablar sobre todos los desmadres de La Casa Real y de sus componentes. Y, nos vendían cuentos de hadas sobre los monarcas y su prole.
Sin embargo, ya se ven salpicados por varios escándalos de todo tipo –y no me refiero a los económicos– al fin, el tarro del oscurantismo se ha destapado y se ha roto el encanto de reyes, príncipe y princesas. ¡Adiós, al cuento de hadas!
Pienso desde mi intimidad, que tras la República e incidir, en qué una república no es de izquierdas, sino simplemente una forma de gobierno diferente de la monarquía y a la democracia, y así lo expresaba el gran filósofo macedónico Aristóteles que, "Las repúblicas declinan y que, las democracias se degeneran".
Lo que queda claro, es que España, necesita un referéndum nacional para quitarnos el yugo de las monarquías sufridas durante tantos siglos, y mucho más de la borbónica. Esto, y dejar en mera anécdota a las diecisiete autonomías.
Hay que tener en cuenta, que los entes autonómicos crean nacionalismos, y éstos, a través de siglos de historia siempre han resultado ser nefastos en cualquier país.
Que, la infanta Cristina conocía los negocios de su marido –al menos– es tan obvio como que comparten cama, mesa y mantel. ¿Si está o no involucrada, la Justicia y el tiempo lo dirimirán?
Pero, en estos momentos de cruda realidad en fraudulencias y latrocinios, por los que pasa la Comunidad Valenciana, a ésta solo le faltaba la declaración inculpatoria del duque de Palma.
¡Lo qué nos faltaba!
José Pardo Ferrer.
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