viernes, 3 de febrero de 2012

UNA COMUNIDAD DE EMBUSTE.


La mentira, lleva instalada ya mucho tiempo en nuestra Comunidad Valenciana, y los valencianos nos habíamos acostumbrado a vivir con ella, con la fanfarria bravucona estimulados por ser y vivir muy por encima de nuestras posibilidades.
El PP, dieciséis años instalado con mayoría absoluta en estos lares, han gobernado con falta de dignidad, tolerancia y respeto. Se consideran, muy por encima del bien y del mal, y lo que es peor, muchos de sus políticos poseídos por la soberbia han despreciado a la Justicia y la Ley.
Alejados de estos estamentos fundamentales en la vida, han faltado a la ética o moral y han saqueado y robado a su libre albedrío. Aquí, en esta tierra de labor tan productiva, se han producido todo tipo de latrocinios y desmesurados desembolsos.
Valencia, vive arruinada, muy alejada de triunfalismos muy cercanos en el tiempo. La cruda realidad de su endeudamiento descomedido, ha visto la luz hace apenas unos meses.
La Comunidad Valenciana, está en quiebra, y hoy, uno de sus aforados ha sido destituido tras muchos meses de imputaciones; se trata de otro escándalo, el de la Depuradora de Pinedo o EMARSA, y el de su gerente Crespo, éste que hoy ha sido destituido –por fin– de sus dos cargos: Primer edil de Manises y vicepresidente de la Diputación, e igualmente, de la militancia del PP.
Él aduce una dimisión voluntaria, para poder defender su inocencia, y está en su pleno derecho, nadie se lo puede negar, pero..., cuándo un juez fija una fianza de 25 millones de euros sobre un individuo, me da que pintan bastos para él y para los valencianos.
La administración pública de Valencia, está en números rojos, en quiebra pura y dura. Solo cobran los políticos, y que todo sea dicho casualmente, ninguno de éstos se ha bajado ni un céntimo su salario opulento y ofensivo.
Entretanto, no les pagan a sus deudores, y hacen quebrar a cientos de empresas cotidianamente, dependientes de la Administración.
Por otros lares, en Castilla La Mancha, a caballo de las nobles tierras de Don Quijote, y del destierro y tumba de Quevedo. María Dolores de Cospedal –alias "la bien pagá"– sigue cobrando su paupérrimo sueldo superior a los 140 mil euros anuales más sus prebendas. Pienso, que muy alejado del salario mínimo interprofesional.
¡Por el Cambio! ¡Y por la calderilla! Vigilemos esta, no nos la guinden igualmente. Son tan avaros, y están tan ávidos de dineros...
La demagogia, se ha cimentado en todas las clases políticas y en los diferentes partidos políticos, por igual. Se trata, "de prometer hasta el meter y no dar hasta el sacar".
Resulta ser igual en todos los países, lo malo para mí, es que a mi edad, tan arraigado desde mis raíces a mi tierra valenciana, es ésta la que me duele y marca hasta lo más profundo de mi cansado corazón. Y, siento pena, ya no puedo gritar con orgullo a los cuatro puntos cardinales mi emocionada condición de valenciano, y esto me lo han robado esta ristra de chorizos que pululan, crecen y se desarrollan en el seno del PP valenciano.
José Pardo Ferrer.

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