Sigo con atención las tendencias económicas, y las cuales al igual que la economía, están basadas en supuestos o propensiones. Pero, lo que más me llama la curiosidad, es la declaración de objetivos que remiten el PSOE y el PP en el SUPUESTO de que ganen. Y, a mí, me gustaría que ambos perdieran. Aún a sabiendas de que esto no puede suceder.
Hoy se habla mucho de la vivienda, de los SUPUESTOS ajustes por parte de éstos, para facilitar la venta del lastre en ladrillos que poseen las entidades financieras, en el SUPUESTO de ganar fulanito o menganito. Y un servidor que es más cortito que las mangas de un chaleco, se pregunta:
¿De dónde van a sacar el dinero los jóvenes o los maduros, para comprar un pisito sino poseen trabajo? ¿Oh, si el trabajo que poseen está en el aire, y cobran poco más de 600 euros mensuales? Señores políticos todos, lo principal en estas circunstancias es ponerse de acuerdo en todo aquello que sea bueno para España, mande quién mande. Dejarse del SUPUESTO y, subscribirse a fomentar trabajo sea como sea.
Podría ocurrir, se me ocurre, que España nacionalizase a la banca en general, y que el ladrillo, ése lastre que mantiene a la economía en vilo, lo vendiese por un precio muy módico para personas con pocos recursos, a pagar a 75 u 80 euros mensuales. Por un módico y anecdótico alquiler, no pudiendo ser vendido ni alquilado, y pasando la deuda y el inmueble, tan solo, de padres a hijos hasta que se acabase de pagar y entonces quedar en propiedad de los herederos.
Es un modo social, de quitar parte de lo que poseen las entidades financieras en stock. Sería un estilo de paliar el problema de la vivienda para muchos, y realizar lo mismo con los desahucios.
Sin embargo, y de momento, solo partimos de posibles SUPUESTOS y sin atisbo de que se alcance un compromiso entre lo que dicen unos y apuntan otros.
Siguen pintando bastos, y el panorama es cada día mucho más desolador. Muy a pesar de las consoladores palabras por parte del Papa: <<NO OS AVERGONCÉIS DEL SEÑOR>> No señor, ni los ateos nos avergonzamos ante el Señor ajeno, pero sí que se avergüenzan y nos avergonzamos de los SUPUESTOS políticos que alcancen a gobernar.
José Pardo Ferrer.
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