Involuntariamente y al descuido, nuestro todavía Presidente se encuentra solo. Su rostro demacrado así como su extrema delgadez, delatan el sufrimiento ante el abandono voluntario, hasta no hace tanto, de todos sus abrazafarolas que ya se apartan de él como si poseyese la lepra.
Éste, camina por calzadas subrepticias, angostas y prietas cuesta arriba, con la campanilla en la mano haciéndola sonar como antaño, con el fin de avisar a la gente que se acerca un corrompido por enfermedad contagiosa. Se ha convertido en un alma en pena, pero sin purgatorio en el qué refugiarse.
Los íntimos e inseparables de su partido político, niegan hasta la exasperación haberle conocido. Alguno, como el mismísimo Pérez Rubalcaba le agrede verbalmente en público, y lo señala como único responsable de la situación económica a la que hemos alcanzado en España, los españoles y todas las entidades públicas menos los políticos.
Ayer, tuve pena de España e igualmente de Zapatero, viendo en el Hemiciclo como gente sin escrúpulos como Llamazares, tan sumiso ante su amo durante unos años, le saltaba a la yugular con su discurso emponzoñado y pleno de odio hasta que comenzó a salirle espuma por la boca. Ha sido su vasallo, justo hasta saber que su amo y señor dejaba de ser celebérrimo. Ahora, no solo le abandona sino que le denigra delante de todas las televisiones del mundo.
Así, es la soledad, dura como ella sola, mientras no haya sido elegida voluntariamente, tanto que no posee un superlativo, como máximo un adjetivo individual, para indicarle a nuestro Presidente que se ha quedado muy solo. Pero la soledad no voluntaria, es tremenda y capaz de matar.
Sin embargo, tras algo más de dos meses muy duros, le espera su lar, con su esposa y su progenie. Descansará y se refugiará en el amor de Sonsoles, ¡qué no es poco! y se convertirá en su refugio y remanso de paz.
A partir de la próxima semana, nuestra Madre Patria, puede ser convertida en otra Grecia con tumultuosas manifestaciones, ¿Y por qué no?, en vulgar saqueo de las tiendas y almacenes de comestibles y mucho más.
Promover revueltas es fácil, lo difícil es detenerlas y alcanzar a comprender cómo y a qué precio. Lo veo una insensatez.
Resuenan tambores de guerra, como aquella ya legendaria película, protagonizada por Alan Ladd. Esperemos, que la responsabilidad impere y que no sea necesario realizar un referéndum, con la premura obligada que posee España de acometer todas estas reformas incluida la Constitucional. ¡Qué así sea!
José Pardo Ferrer.
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