martes, 9 de agosto de 2011

¿QUÉ OCURRE EN EL REINO UNIDO?



El mundo es una olla a presión. Mientras vemos lo que ocurre en los países del Norte de África y en Siria, miramos los acontecimientos como algo normal. Incluso, la intervención armada de nuestros ejércitos –me refiero a los de la UE y estadounidenses, entre los que se encuentran los españoles– en lugares muy alejados, deseando solucionar problemas, sin que el árbol les deje ver a nuestro cercano bosque. Y éste, sí que es un problema.
Ha bastado una simple chispa, con una víctima humana de por medio, para incendiar varios barrios de Londres y que las oleadas de salvajismo, robo y destrucción se apoderen del orden y se expandan a otras ciudades británicas.
Visto así a ojo de buen cubero, diríamos que lo que la juventud inglesa más marginal necesita, es mano muy dura, y de este modo acabará siendo sin lugar a dudas. Sin embargo, hay que abrir el melón y catarlo para conocer su estado real. En la UE, y entre otras en Inglaterra, el factor común que nos une, cual cordón umbilical, entre todos los países, son una retahíla o sucesión de hechos comunes.
El paro juvenil, la abstención escolar a partir de la primera enseñanza, el paro de sus padres, las separaciones matrimoniales, la falta de respeto a la Ley y a los maestros o profesores y, sobre todo, la ausencia visible de un futuro honesto a través de un trabajo, éste que dignifica a jóvenes y mayores.
Sin embargo, no puedo dejar de nombrar la falta de confianza, en la vieja y vetusta Europa, en su clase política unida a la caótica situación económica que nos acecha. Aunque nada de esto, pueda justificar los hechos que están ocurriendo por todo el Reino Unido, al menos un servidor, jamás alentará ni aprobará la violencia callejera y mucho menos el pillaje.
Creo, desde mi falta de experiencia para sacar conclusiones acertadas sociales, que la falta de coexistencia familiar con valores humanos, son parte importante de lo que está ocurriendo, aunque nada lo uno o relaciono con lo divino. La Fe dogmática, ese ente intangible lo dejo al libre albedrío de cada mente, sin jamás interferir entre los creyentes o los ateos. De ahí, que separe, lo que es del Cesar de lo que es de Dios.
La triste realidad, corresponde a los césares de todo tipo, a éstos que viven como Dios, y que predican lo opuesto a lo que realizan. De ahí, que nuestro mundo, este cotidiano que padecemos en nuestras carnes, se esté convirtiendo en un calvario duro de ascender sin caídas.
Que pronto se restablezca la normalidad en Inglaterra, y que esos lodos no se extiendan por el resto de Europa, en ésta en la que habitamos y sufrimos. ¡Qué así sea!
José Pardo Ferrer.

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