En economía, desde el sistema Keynesiano, hasta para los partidarios de la Escuela Austriaca, todo se ciñe en un momento determinado y dentro de parámetros más o menos pequeños. Algo que para estos momentos no sirve.
Según Keynes: “No es la producción la que determina la demanda, sino la demanda la que determina la producción”. He aquí el dilema de la gallina o el huevo.
Lo bien cierto, es que España está abocada a una depresión económica de dimensiones incalculables en el tiempo y en su forma. Y, que la causa de mayor influencia sobre nuestra situación, viene cogida de la mano por el mantenimiento de 17 autonomías. España, es demasiado chica para albergar tantas administraciones y despropósitos, desmanes, latrocinios y rapiñas como se vienen descubriendo de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Para un servidor, que vive en Valencia y que es valenciano ancestral por ambas veredas familiares, desde hace más de cuatro años –ver hemerotecas– vengo anunciando a dónde nos conducía nuestro cotidiano caminar.
Con un presidente inútil, manipulador y demagógico arruinó a España, pero…, ya se marchó a buena hora, y entonces se descubren autonomías gobernadas por el PP y a las independentistas, ¿no sé con qué derechos? que, están peor todavía que las socialistas sureñas, extremeñas, manchegas y demás.
España, señor Rajoy, no puede seguir dentro de la Zona euro, debe de volver a la peseta, y a través de nuestra moneda única, con grandes economistas tecnócratas, jugando con su revaloración o su devaluación salir adelante. Y, con atributos masculinos, realizar dos podas que se hacen necesarias. La primera comenzar por la clase política y sus salarios y prebendas. La segunda es muy sencilla, acabar con todos los interinos innecesarios.
Me dirá, que si se deshace de políticos escondidos en los senados y diputaciones, y cierra ambas, y a su vez arroja al paro al personal que allí trabaja en su mantenimiento. El número del paro se disparará a los seis millones. ¡Y, es cierto, amigo Mariano! Pero, piense en los ahorros a largo y corto o inmediato plazo.
Pero, igualmente de cierto, es que alcanzaremos esas cifras con el sistema que nos dicta Europa. ¿Veamos los dígitos que arrojan enero? Y cómo desciende el consumo, alcanzando lo contrario a una inflación, la deflación y la ruina de las empresas y sus cierres.
España, estimado don Mariano, me da pena al igual que usted a quien no he votado ni lo haría nunca. ¿No sé quién o quiénes, le metieron en este berenjenal pleno de espinas? , pero, lo que es seguro es su poco aprecio hacia su persona.
Vascos y catalanes, se han fraguado una historia a su medida, y a partir de cierta época, y desde dicha falacia ambos aspiran a una independencia apropiándose de territorios galos, que éstos jamás soltarán.
Los catalanes hablan de poseer un idioma propio, una mendacidad, ellos hablan un dialecto del francés o un francés mal hablado. Y piensan al igual que los vascos en que, Francia les devolverá territorios que por una gracia de éstos les fueron otorgados. En el caso de Cataluña, basta ver el tratado de los Pirineos. Los catalanes se acodaron con Luis XIII de Francia, y éste no resolvió ninguno de los problemas de Cataluña. Si leemos la Historia de España, desde mediados de 1500, Barcelona ha sido un grano en el trasero de España, y no poseen educación histórica de cuál es su puñetera realidad.
Tras verse como ciudadanos de tercera en Francia, prefirieron ser de segunda con Felipe IV, pero, esto le costó a España perder a través de dicha paz de Los Pirineos firmada el (7 del 11 de 1659) el Rosellón y el Confient.
Lo que queda muy claro, es que de esta guerra con Cataluña, tuvo una resonancia muy importante en la crisis que afectó a España a partir de ese momento. Y queda muy claro, que un factor de dicha crisis, fue la depresión del comercio de las indias a partir de 1629.
Así pues sobran todas las autonomías, y solo así, podríamos salir adelante. España, no puede asumir el problema de los catalanes con su avaricia y amenazas continuadas en contra de todo lo español, y a Las Vascongadas con sus pistolas y asesinos para imponer otra enrevesada mentira histórica que otro día contaré.
José Pardo Ferrer.
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