Llevo unos años, advirtiéndole a la gente joven y menos, a todos los que no se fumaron las dos primeras décadas del franquismo, que lo peor cuándo llegase lo que ha llegado, era que no estaban entrenados para ello.
Y, "A la primera cullerada dos mosques", los alumnos de diferentes sitios no asisten al instituto por haber dejado de funcionar la calefacción.
Alguno, pasándose de gracioso, se llevó a clase una manta como demostración de su disconformidad –seguramente sería el más "manta" de todo el instituto.
Acabo de hablar con unos amigos, íntimos de toda una vida, de Muro de Alcoy –hasta hace ya bastantes años– y hoy Muro a secas, a éste al que se accede por la N 340, y que al pasar el puerto de Albaida e introducirte en "La casa de La Primavera" según Wenceslao Fernández Flores, entiéndase Alicante, bajas y el primer pueblo es Muro, éste del Tío Pep, y el cual posee en la avenida de acceso al pueblo, según entras a mano derecha, un precioso monumento en bronce con su tartana y su burro.
Bien, mi amiga Fina la cual posee la misma edad que yo, me ha comunicado que cuando ella iba a la escuela, ésta no poseía calefacción y había hasta cristales rotos, por cuyos huecos entraba un frío que pelaba. Estoy hablando de un pueblo bastante frío en invierno, y en el que suele nevar casi todos los años.
Los niños, al ir con pantalón corto hasta los catorce años según costumbre de la época, mal vestidos y peor calzados –sin nombrar el alimento que portaban sus estómagos– era a muchos a los que en las piernas se les hacían grietas del frío. Y, está claro que nadie llevaba mantas ni se dejaba de asistir a clase.
Todo esto, sin mentar cuando el maestro de turno, por allá quítame una paja –aunque siempre con razón– nos llamaba hasta la tarima y nos pedía que pusiésemos la mano, sobre la que descargaba un paletazo, y si la retirabas: dos. ¡Ay, qué ver lo escocido que te quedabas!
Pero, estábamos entrenados. ¡Madre mía, si le hacen esto hace unos días al gamberro de la "manta"! A ver, si os vais acostumbrando a la que no se nos avecina a todos los españoles menos a los políticos. Sigo esperando, la notificación en la que anuncien una sustanciosa rebaja de sus sueldos magnificentes y suntuosos. Al margen de los que han robado y lo siguen realizando.
¡Así era y así será, y mira qué os lo vengo diciendo!
José Pardo Ferrer.
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