María José Catalá de la mano del señor Vela y de José Ciscar no ha entrado con buen pie en la Conselleria de Educación en Valencia, o al menos lo ha realizado en un momento inadecuado. Aunque claro está, que su ascensión de alcaldesa de Torrente a consejera de Educación, supone un salto cuantitativo en su cuenta corriente y en su escalafón político.
Del 31 de diciembre que prometió pagar el señor Ciscar, se pasó tras varias reuniones –ya con María José Catalá– a alcanzar un nuevo plazo para pagar una exigua parte de la deuda que tienen contraída con los centros concertados.
La nueva fecha, venció ayer día 20 de enero del siguiente año. El resultado, idéntico al de la fallida fecha citada para el último día del año pasado. Y, para mayor escarnio, ayer se debían de ingresar en Hacienda el IRPF correspondiente. Hay muchos centros que no han podido hacer frente a dicho pago, lo que conllevará un incremento o multa del 20 %, de momento...
La nueva mendacidad, desacredita a todos los responsables, y a su vez los convierte en "nada creíbles". A todo esto, aún no se ha abordado la desesperada situación de las escuelas infantiles en su primer ciclo, y a las cuales les adeudan la subvención correspondiente desde el curso pasado.
Cada escuela infantil, posee un mínimo de cinco personas en su primer ciclo. Sin embargo, las hay que al poseer dobladas las aulas posee a 10 trabajadores más una persona en la oficina. Muchas de ellas, ya han echado el cierre y a los trabajadores pertinentes sin poderles pagar ni un céntimo de indemnización. Su quiebra ha sido total.
Comida, luz, agua, administración consecuente y exhaustiva con la Consellería de Cultura para poseer derecho a dicha subvención y otras, igualmente pendientes desde el final del curso pasado. Seguridad Social, seguro de accidentes laborales, seguro de prevención de accidentes, seguro que cubra todas las incidencias dentro de la escuela, y un larguísimo etcétera.
Algunas federaciones de la Comunidad Valenciana, calculan que pueden cerrar antes de abril más de mil. Dejando en la calle a niños de 0 a 3 años, y rompiendo la conciliación laboral de padres y madres, lo que supondría mucha más personas al paro.
El anterior conseller de cultura de la Comunidad Valenciana, ahora ascendido a vicepresidente y portavoz de la Generalitat, José Ciscar junto a María José Catalá, han prometido y empeñado su palabra que, en unos días o a lo sumo en una semana, se pagará esa pequeña parte de los atrasos.
Sin embargo, un servidor que no posee inversión alguna en este gremio, a la Consellera, le pregunta de nuevo:
¿Qué pasará con esos miles de escuelas infantiles de 0 a 3 años? ¿Es usted consciente de la ruina que están creando en la CV? ¿Acaso sabe usted, cuántas empresas van detrás de éstas?
Tengo la remota impresión de que ni mi amigo "Faba, monta i calla" –de nuevo le pido disculpas señor Fabra– ni Ciscar, ni Vela, ni la Consellera de Cultura de nuevo CUÑO, María José Catalá, ni toda esa rémora de políticos ya más que sesentones, y que llevan muchos lustros chupando del bote y tantos y tantísimos implicados en corrupción y que les dejan que ocupen cargos públicos, poseen ni la menor idea del daño que le están causando al pueblo valenciano.
Pero, a todo esto, hay que añadir la ingente cantidad de millones que les adeudan a las residencias de ancianos y dependientes mentales. ¡Tampoco pasa nada! ¡Es la impunidad de la que gozan los políticos! Y como muestra, la burla de Carlos Fabra, presidente del PP por Castellón, imputado en uno y mil procesos. Ayer mismo, fue imputado en otro nuevo él, su exmujer, el comerciante Vicente Villar y a la exesposa de éste.
Si a todo esto, le unimos a Carlos Fabra lo del aeropuerto de Castellón y su estatua, ya es como se decía antiguamente: "como para ponerse a mear y no echar ni gota". De joven, un servidor no entendía el significado de este refrán. Hoy a mi edad y con el tema de la próstata ya lo entendí. Y, ahí sigue don Carlitos de presidente del PP por Castellón. ¡Qué cosas!
¡En fin, qué roben cuánto quieran, y qué más da!
José Pardo Ferrer.
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