jueves, 15 de diciembre de 2011

SEÑOR VERDEGUER, Y...


... van... él confiaba en colocar no sólo 1.800 millones de la emisión, sino en el cuento de la lechera. Pobre don Enrique, aún cree que los pájaros maman. Ha olvidado el Conseller de Economía, que la economía no es una ciencia exacta, y en manos de los políticos ni tan siquiera lo son las matemáticas. ¡Crean tantos agujeros!, como en EMARSA, donde por ese agujero se especula e incluso se roba la "mierda" que sale.
Anuncian él y el señor Vela, una vez más, que los proveedores deberán esperar. ¿Esperar a qué? ¿A cobrar sus honestos servicios, o lo qué es peor, mercancías que ellos han pagado, incluso al señor Vela su, IVA y éste, en nombre de Hacienda no se lo aplaza?
Tienen miedo a provocar el "Default". No es un defecto, es la virtud constitucional de acostumbrarse a ser MOROSOS, mucho más grave, significa el posible impago de una emisión de deuda que vence esta próxima semana con los intereses correspondientes. En una palabra, el hundimiento de este País de las Maravillas en el que aún cree doña Rita.
Ya desean comparar a la Comunidad Valenciana respecto a España, con Grecia respecto a Europa. Es algo, que un servidor que conoce las denominadas cuatro reglas viene anunciando desde hace tiempo.
Pero, hace un par de días, doña Rita ha vuelto por sus lares de grandeza y aires "flatulentos". Ha anunciado a bombo y platillos, la puesta en marcha de las obras del nuevo estadio del Valencia Club de Fútbol. ¡Sí señora, el dinero siempre a disposición de los más golfos!
Sin embargo La Casa de la Vila sigue endeudada hasta los ojos, y muchas familias trabajadoras, no se podrán tomar las uvas, salvo las de la ira, en su contra y el de todas las consellerías que dependen del señor Verdeguer. ¡Ay, don Enrique, mire que se lo tengo dicho! El que no paga y se convierte en moroso recalcitrante, a imagen y semejanza suya, acaba en la Isla de Pascua haciendo el don Tancredo.
Ya ve, y el señor Fabra, el de la sonrisita de "Bobo de Coria", acaba de comprar por un euro, 30 millones de euros de deudos a la empresa que ha derrochado en el circuito urbano de Valencia de F1.
¡Menudo cambio de cromos! Por un euro inservible, ha pagado 30 millones de vellón. ¡Eso son negocios, y no los que realizábamos mi pobre padre y yo con la venta de la cebolla y de la patata tras unos meses de trabajo esforzado!
Sin embargo, a lo que íbamos, don Enrique ya anunció de nuevo ayer que, de pagar a sus deudores nada de nada. Moroso hasta el infierno. Pero, él pasará una Nochebuena esmerada y plena de manjares e igual, a la espera de que papá Noel le traiga un nuevo coche oficial con un chofer con librea.
¿Qué, para qué la librea del nuevo chofer? ¡Ay, cuánta ignorancia supina!
Para disfrazarse él con la librea, y que los tomates se los lleve el humilde chofer. Más o menos, como se realizaba en las bodas de los pobres en la Edad Media, que la novia llevaba una corte de damas de honor con la finalidad de despistar al innoble Noble, que iba a robar a la novia para romper su impoluto virgo.
¡Señor Enrique Vedaguer, se mire cómo se mire, se la tendrá qué hacer ver y vérselas con el pueblo!
José Pardo Ferrer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario