martes, 13 de diciembre de 2011

"EL REALITO"


No me refiero al realito de los años cuarenta y cincuenta, de níquel y con un orificio en el centro. Muchos jóvenes, ya veinteañeros, se solían hacer un cinturón repleto de ellos. Aquel, se convertía en un arma arrojadiza de gran peligro. Aunque pienso, más en el deseo de parecer un pistolero de las películas dedicadas al lejano Oeste americano.
Aunque Duque de Palma consorte, el señor Iñaki Urdangarín ha caído en uno de los siete pecados capitales: "La avaricia" y ha faltado al séptimo Mandamiento: "No robarás". Todo esto supuestamente.
Lo consiguió todo a través del enamoramiento mutuo con la infanta Cristina. Hasta su anunciado noviazgo, él era un perfecto desconocido salvo para los muy aficionados al balón a mano. ¡Nada, ni nadie más!
Sin embargo, establecerse en la Casa Real como un miembro más, no le servía, ha tenido que meter su largo brazo y su manaza en la tinaja de los chorizos pringándose hasta el codo.
Y todo esto señor Iñaki y Duque de Palma, me ha recordado al "Maestro realito" el competente hombre que llevó hasta la gloria del baile, entre otros, a Antonio y Carmen Amaya, Lola Flores, Carmen Sevilla, Rosario o Estrellita Castro entre muchos otros/as, aleccionados todos/as en su humilde escuela en la Alameda de Hércules de Sevilla.
Era el maestro, no cuando lo conocí, un hombre de poca estatura, esbelto y siempre con su traje negro y zapatos de tacón de bailador. Su nombre, Manuel Real Montosa "Realito"
En la misma Alameda en la que durante muchos años fue el auténtico barrio chino sevillano. Con un continuo ir y venir de jóvenes adolescentes en busca de perder su virginidad masculina, y no tan jóvenes. Ésta y la calle Trajano conformaban un centro neurálgico para ciertos arreglos en el corazón de aquella Sevilla Bética.
Cierto día de aproximadamente 1957, tuve el honor de ser invitado a una charla de café en un bar taurino en el centro de Sevilla, de cantantes de flamenco, bailarines y tonadilleras. Adornado con hermosos ladrillos cartujanos y repletas sus paredes con fotografías de toreros desde Guerrita, Joselito y todo tipo del mundo de la farándula de Cádiz y Sevilla.
Éramos muy pocos, y allí estaban junto a mis rodillas pegadas casi a las suyas: Rafael Gómez "el Gallo", Pepe Luís Vázquez y el maestro "Realito". ¿Cómo expresar mi enorme emoción? Los dos primeros, ya entonces eran pura leyenda, muy delgaditos y con la piel apergaminada, con sus trajes negros, su chaleco a color y una camisa blanca con el cuello abotonado hasta arriba y su sombrero de ala ancha. ¡Y con qué salero portaban cada uno su mascota!
La charla, la comenzó un periodista moderador, aunque no hubiese hecho ninguna falta. Empezó el Maestro Realito, explicando la diferencia de colocar los dedos de las manos entre los hombres y las mujeres. Los movimientos acompasados, y la defensa del mejor baile andaluz.
Pepe Luís Vázquez, con la cara pecosa y el pelo rubio ya con algunas canas, se mantenía respetuoso ante aquellas dos leyendas cómo sólo los toreros saben respetar a sus maestros mayores.
Rafael Gómez, tuvo un emocionado enturbiado en los ojos con algunas lágrimas, hacia el recuerdo de su hermano Joselito. En ese momento y quizás para romper su pesar, Pepe Luís Vázquez le preguntó: "Maestro: ¿Qué pensaba usted la víspera por la noche, antes de torear una corrida de Miuras?
¡Ozu mi arma! La noche antes no, una semana antes ya no podía dormir..., jaja, jaja... nos reímos todos menos Pepe Luís, que sentenció: "Señores, menos guaza que esto es mu serio". Volvieron las risas, y ya él más distendido se sonrió. Se le notó durante las más de dos horas, su deseo de pasar desapercibido. Así, eran las grandes figuras del toreo, ante otra de mayor edad, aunque Rafael Gómez, jamás alcanzó la categoría ni de su hermano José, ni de Pepe Luís Vázquez, Antonio Bienvenida, Paco Camino, Santiago Martín "el Viti", Curro Romero y otros tres monstruos más del toreo, considerados cómo los mejores del pasado siglo XX.
He contado esto, como un hecho tan real, como el propio maestro REALITO. Muy alejado, en su gracejo, educación, respetuoso con todos los bailarines sin alcanzar a criticar a ninguno.
En la lontananza esta realidad, del "REALITO" Duque de Palma. Aquel y los otros dos, uno aún vive con cerca de 90 años en Sevilla, les bastaba poseer su casa, salir a la hora de tomar una copita con una tapita a las que casi siempre les invitaban y ellos lo rechazaban, acabando por invitar más veces éstos que sus contertulianos.
Descansen en paz el Maestro REALITO y Rafael Gómez "el Gallo". Y, larga vida dentro de lo que cabe, al único torero rubio que fue uno de los diez mejores matadores del arte de Cúchares del siglo XX.
Usted estimado Iñaki, mientras no se demuestre lo contrario, no ha poseído bastante con todo lo que le rodeaba. Ha buscado más y ha puesto en serios aprietos a la Monarquía y a la Casa Real, así como a sus cuñados los príncipes de Asturias.
¡Siento vergüenza ajena!
José Pardo Ferrer.

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