PRIMERA PARTE.
El pasado, nos acompaña a través de la vida para bien o para mal. Olvidarlo, es olvidar la verdad de la propia existencia. Recordarlo con gratitud o acritud, conforma parte de los buenos o malos recuerdos que nos han acontecido. Sin embargo, y partiendo de mí mismo, prefiero detener mi memoria en todo lo bueno aunque a su vera y en su día cohabitase algo malo.
La acritud y su recreo en ésta, conlleva al envenenamiento de nuestro corazón, sentimientos y finalmente convertirse en enfermizos mentales. Conspicuo es alejarse de ellos. El DRAE, define la memoria como sigue: “Facultad psíquica por medio de la cual se recuerda el pasado”, y así debe de ser. Sólo los infantes no poseen pasado.
Escribo todo esto, con el fin de no olvidar de dónde venimos y cómo hemos vivido, a cómo hemos llegado a vivir y cómo podemos alcanzar de nuevo a coexistir. Hace 2.400 años, Platón, en una de sus muchas citas célebres dijo: “La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos” (Sic.). Estas sabias palabras, fueron pronunciados en tiempos en los que el márquetin no había sido inventado, pero, sí la avaricia.
Viene esto a cuento, de las desmesuradas solicitudes de bienestar social que, políticos que piden desde la certeza de que jamás alcanzarán a gobernar, con sus hediondas palabras plenas de odio –éste que le transmiten al pueblo menos culto– siembra la cizaña entre todos hasta alcanzar el descontento generalizado, menos en ellos. Éstos no renuncian a sus coches oficiales. ¡Cómo si no pudiesen viajar por la ciudad en taxi! No poseemos ni idea, de sólo esto, cuántos millones de euros anuales le ahorraría al erario público.
Hoy será el día de la toma de posesión de miles de alcaldes en los millares de municipios españoles, quizás a estas horas todavía en algunos casos, los cromos no se hayan intercambiado, olvidándose los sujetos que así actúan, de los votantes honestos que creyeron en las palabras huidizas con las que les embaucaron.
Ayer en la toma de posesión de los cargos en Las Cortes Valencianas, ante éstas, se manifestaron –parece ser que pacíficamente– los del movimiento denominado 15M, y al final, la represión por parte de algunos policías resultó desmedida. Las fuerzas del orden –los antidisturbios– deben de ser conscientes de su fuerza y poder para no aplicarla salvo en momentos extremos, ya que ello conlleva a generar mayor violencia.
Un buen amigo de Madrid, me ha mandado los manifiestos completos que solicitan los 15M. Por falta de tiempo, no los he leído detenidamente. Sin embargo, sí que puedo aseverar que de apolíticos y anti partidistas no poseen nada, detrás de éstos existe un ostensible marxismo. ¿Es malo? No, en absoluto. Para mí, igual que si fuesen lo contrario. La libertad, esa palabra que no posee fronteras, está para pensar y solicitar cuánto más mejor, y las circunstancias actuales socio económicas, para ignorar peticiones que, nosotros y ellos, éstos que conformamos el Estado no puede atender.
Mañana más, hoy me han pesado mucho mis cuatro kilómetros de caminata cual si de un maratón se tratase. Sin embargo, no son las distancias, sino los años y las enfermedades que nos acompañan cada día con mayor perseverancia y adhesión íntima.
José Pardo Ferrer.
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