Sinceramente, considero exagerado hablar de amenaza de muerte con la frase que encabezo el artículo. Diseccionada la frase pintada en el suelo, la considero como un deseo. Otra cosa sería: ¡Te vamos a matar, Rita! Esto sí, sería una amenaza de muerte.
En cualquier caso, no están bien este tipo de pintadas. La muerte nos alcanzará a todos el día indicado a través de la vida, con o sin saltos por parte de la naturaleza. Todos vamos a morir un día no anunciado. Aunque nadie desee irse antes que el vecino.
Considero de muy mal gusto la pintada en sí, sin embargo, la alcaldesa ya lleva 20 años para estar curtida en estas cosas. Su cargo, éste que libremente escoge, y que con total legalidad obtiene ante las urnas así como los emolumentos que percibe y las prebendas de que dispone, son suficientes argumentos para que ésta, entienda que todo ello conlleva a estas cosas.
Una amenaza es un delito tipificado en el código penal, pero, estas palabras de: ¡Muérete ya, Rita!, no alcanzan el grado de delito y ella, y sus muchos asesores, demasiados por cierto, así lo saben.
Le aconsejaría doña Rita que se tranquilice, o se morirá de un sofoco, como antiguamente se solía decir, “La tía María se ha muerto de un sofoco”. Olvídelo, recorte gastos suntuosos para bajar la deuda de su ayuntamiento, y con ello pagar más puntualmente a sus acreedores que sin dormir muchas noches se van a la quiebra debido a su mala gestión de los fondos públicos. No se vaya a volver una cascarrabias.
Dentro de poco, y antes de lo que se imagina usted, sus concejales y asesores sabrán de qué va el 15M. Quizás entonces posea motivos de auténtica queja, pero de momento, mucha tila.
Capricho.
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