EL VALOR DE POSEER CRÉDITO

EL VALOR DE POSEER CRÉDITO

Las personas que tenemos crédito, bien sea personal o empresarial, éste nos soluciona todos los problemas a cambio de unos intereses.

Me decía mi pobre padre, en plena Post Guerra Civil, que un hombre con crédito nunca era un pobre absoluto. Y, añadía: “Para ello, basta tener seriedad y cumplir con la palabra dada”. Él, se refería a pequeños débitos que adquiría con amigos con ciertos posibles, y que lo siguieron siendo de por vida. Eran préstamos de 20 ó 25 pesetas. Recuerdo uno de 50 pesetas, y al amigo que jamás le negó nada, de La Pobla de Vallbona.

Más tarde y pasados varios años, ya siendo yo un hombre, pagué muchos intereses desproporcionados a los bancos, para con su crédito realizar negocios y aburguesarme levemente, sin olvidar de dónde vengo ni de mis raíces, y a adónde he alcanzado.

Cada mañana, al no creer en el Divino Hacedor, le doy gracias a la vida. Mi amada esposa, creyente, se las da a Dios. Son dos modos diferentes de ser agradecidos.

Viene esto a cuento, por la pérdida del crédito en muchos bancos que ha sufrido El Consell Valenciano. La noticia, así a bote pronto, puede parecer una más. Sin embargo, nada más alejado de la cruda realidad. Mis políticos, puesto que soy valenciano de pura cepa con raíces que provienen desde los romanos, y son justos éstos, en los que ya no confía en ellos nadie, y lo demás son lamentos con los que engañar al pueblo.

Por otra parte, me resulta lógica dicha pérdida crediticia, y que así siga in crescendo, ya que ninguno de ellos se ha rebajado de modo drástico sus salarios. Muy al contrario, los hay que se los han incrementado hasta alcanzar el 100%. Otros, como leo hoy en prensa escrita, que el alcalde de Calpe, curiosamente del PP, cobra por ser alcalde 1.800 euros mensuales, y mayor cantidad por ser diputado.

Pero, que en un ayuntamiento como el de Calpe, necesite 11 asesores, de los cuales 8 van a cobrar 29.157 euros anuales, y tres 14.578, les veo como una barbaridad. O como en el pueblo de El Verger, cuyo alcalde casualmente igualmente del PP, se queda las gestiones de Hacienda y Urbanismo. Dos canonjías. Y, de este modo, podría seguir escribiendo dos días enteros de tropelías varias, al margen de las prevaricaciones –de momento probables– que aparecen cotidianamente.

José Pardo Ferrer.