martes, 19 de julio de 2011

DE VILLANO A HÉROE


¿Cómo convertirse en héroe? Realizando lo que hizo Franco. Me ha alcanzado a la memoria, que ayer fue el 18 de julio, día del Glorioso Alzamiento Nacional.
Mientras realicé voluntario el servicio militar en la avenida del Cid de Valencia, en el antiguo acuartelamiento de aviación, recuerdo la definición de: "Traidor, es todo aquel que se rebela en contra de un Gobierno legalmente constituido, y...pierde".
Algo parecido, a lo que un buen amigo mío, como un hijo, estadounidense que durante años voló con ese avión fantasma, que ellos le llaman de reconocimiento y el enemigo lo define como avión espía.
Pues, igualmente se lo denominó Franco a su Golpe de Estado, de Glorioso Alzamiento Nacional. Los nostálgicos y más rancios de la derecha, aducen que gracias a él, hoy poseemos una paga en el mes de julio. Y yo, desearía no poseerla por dicho motivo. Pero, tan solo son diferentes modos de pensar, y todos ellos válidos y respetables.
Lo bien cierto, es que ayer se cumplieron las bodas de platino, de una dolorosa Guerra Civil, y de una vengativa y asesina post guerra. Cierto día, viviendo yo en Alcoy –por cierto, una gran ciudad plena de cultura, ingenio laboral y reivindicativo– mis padres pasaban temporadas con nosotros. Un año, antes de alcanzar el cierre de la veda para cazar, presenté los papeles de la licencia de caza de mi padre, con el fin de que matase su gran afición viniendo conmigo y amigos.
A los pocos días, recibió una citación de la policía social de Alcoy. Extrañados y preocupados, fuimos ambos y nos personamos con la carta en las oficinas, sitas en la Plaza de España.
  Buenos días. Y enseñamos la carta.
  Hola buenos días. ¿Señor Pardo, usted con quién hizo la Guerra?
  Yo, con los nacionales, les contestó mi padre sin inmutarse.
  ¡Ah, muy bien, entonces no hay ningún problema para concederle su permiso de caza!
Al salir, con el máximo respeto, le espeté a mi padre:
  Pare, vosté feu la guerra en el bàndol republicà.
Nunca olvidaré la mirada de mi padre y su respuesta.
  I, si de cas, el teu pare feu la guerra en el bàndol dels extrangers?
Poseía toda la razón del mundo. Había entregado su sangre, y una invalidez de por vida por España, por lo nacional, por la República. Aquello de, nacionales y rojos, ya me quedó claro de por vida. Era un insulto ultrajante que todavía perdura, hacia los perdedores por parte de los héroes.
Hoy, y a través de estos recuerdos, he dialogado con mi señor padre que en paz descanse, y me he deleitado con su razón.
José Pardo Ferrer.

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