El antónimo de la incertidumbre o de la duda, en el caso de Paco Camps, parece ser que se está convirtiendo en un sinónimo de la evidencia. Al final, José Tomás –no el torero– sino el sastre, sabrá con certeza absoluta a que parte carga el bueno de nuestro presidente.
Se habla de tres trajes, al menos eso publica la prensa escrita, y por ellos deberá pagar –caso de tomar esa decisión– 49.500 euros. Y, para un servidor resultan muy caros aunque fuesen de seda salvaje. Más bien, me inclinaría por unos treinta, y cada uno de ellos a algo más de 1.500 euros que ya está bien para escaquearse a la hora de pagar.
En cualquier caso, es evidente al menos para mí, que Paco Camps, ha sido víctima de un espabilado y caradura que puede acabar con su carrera política, y no me alegro de ello ni de ningún mal ajeno. Aunque sí confirmo, que un hombre de su talante religioso, debió afrontar la realidad en su día y admitir los hechos caso de ser ciertos.
Su desventaja, ahora se llama Ricardo Costa, y que bien asesorado por su hermano, no creo que trague con pagar tras haberle convertido en cabeza de turco por el tema de la financiación ilegal de partidos.
Pintan bastos para nuestro presidente comunitario, y para nuestro pueblo valenciano, éste que al fin, siempre resulta ser el pagano de todos los desmanes políticos.
José Pardo Ferrer.
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