Hoy domingo, en uno de los dos periódicos de Valencia, me he adentrado en leer todo lo referente a la actualidad económica y a los consejos para invertir en bolsa. Y es como adentrarse en un mundo de ciencia ficción, y de una crudeza que hace "que la piel se te ponga de gallina". Últimamente, no poseo muchas ganas de escribir. En realidad estoy hecho un vago, o algo peor, me he convertido en un indefinido, siendo para esto lo peor, que no poseo excusas. Me hallo inmerso en la vagancia supina, para la escritura, aunque no, para la lectura.
Los grandes gurús de nuestra economía europea y de España, no nos auguran nada bueno a corto plazo. Hablan de años en plural, pero, ¿de cuántos?, de muchos años, y de Grecia, dado su difícil entendimiento por parte de su población de que el estado de bienestar medio, ha desaparecido, para entrar en la pobreza, Francia y Alemania, las más perjudicadas, están dispuestas a abandonarlos a su suerte: La quiebra. Con lo que todo ello puede conllevar.
Creo de todo corazón, que la Europa de la moneda única, ha sido demasiado ambiciosa en consolidar el euro y en admitir a demasiados socios de dudosa reputación, de estabilidad emocional, política y organizativa en muy poco espacio de tiempo.
Camino detrás de entender algo en Bolsa Bursátil, a mis años, pero como más leo menos comprendo. Me agradaría, aprender a ganar algunos euros desde mi casa con mi ordenador y con cierto programa especializado en esas lides, pero, cuanto he leído hoy ha destrozado mis sueños de una pasada noche de verano calurosa. Pintan bastos, y lo hace para muchos años, justo de lo que yo carezco.
En cualquier caso, no abandonaré mi novela, si vuelvo a recuperar mi estado de ánimo y capacidad de trabajo aplicada a la escritura, junto a estudiar los fondos de inversión y jugar de momento y durante cuánto tiempo se haga necesario al "Mono poli".
Igualmente he leído hoy, que para España, el tema del paro, ese más del 20% en el que está anclada, igualmente va para años. Volvemos al indeterminado número de éstos, sólo les falta añadir que al margen de indeterminado el número de años, fuese igualmente infinitesimal.
Me sabe muy mal hablar de estas cosas, y mucho más escribir sobre ellas, pero siento un impulso debido a que o sigo leyendo varios periódicos diarios, y continuo informado, esto, o caer en ser un cateto más, para creer que los pájaros maman. Aunque mi abnegada esposa, me ha prohibido hablar con ella de estos escabrosos temas. Ella, tan culta, prefiere hacer como los avestruces, y a este paso, acabará poniendo huevos a su edad.
José Pardo Ferrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario