Pensamientos antes de dormir. La mente humana es inescrutable, íntima, misteriosa, plena de miedos, deseos impuros, fantasías eróticas, malos pensamientos varios y otros muy reales. El desastre económico, por el que atraviesa una España incrédula ante lo que ve y lo que se avecina, está llevando a mucha gente, no cobarde, al suicidio. ¡Era tan difícil de imaginar, cómo de soportar! Hoy, es la muerte natural, que ha sustituido a los accidentes de tráfico, el suicidio. Y cómo enfermedad, la más común es la depresión ...desesperada y ansiosa. Al acostarse y antes de dormir, caso de poderlo realizar, muchísimos, más de tres tercios de españoles, le dan rienda suelta a sus pensamientos en un delirio calenturiento por encontrar soluciones dónde no existen. La época hambruna, ha regresado una vez más a nuestros largos períodos de males y bondades, y lo ha realizado al descuido y con la falsedad de unas promesas incumplidas. Los que poseen trabajo, si hace tiempo que no los ves y hablas con ellos por teléfono, sus respuestas son lacónicas: "De momento sí". Durante los desvelos nocturnos, la mente camina como ánima en pena viendo lo cercano que queda el vencimiento del pago de la hipoteca y de otras cosas. Al fin para una familia con trabajo para ambos, descontados los pagos, les quedan unos escasos 400 euros mensuales para el resto. Durante el desvelo, el pensamiento, sigue vagando en reflexiones coherentes fuera de tiempo o lugar. ¿Sí no hubiésemos comprado un coche nuevo, aún podíamos circular con el anterior? Sí no nos hubiésemos ido de nuestro coqueto, aunque humilde pisito, y no nos hubiéramos empeñado en una hipoteca de por vida de 750 euros, por un pareado de "Mierda" nuestra vida no sería de pobreza absoluta. Sigue la mente vagando y dando saltos de un, ¿sí no? a un ¡Ay, señor cuántas cosas mal hechas! La mente, no se detiene en un sólo lugar ni in sólo momento. ¡Para mayor INRI, ya ni hacemos el amor! Y mi esposa, parece desencantada conmigo. Igual me abandona, y haber por dónde caminamos sin un euro ninguno de los dos y cargados de deudas. ¡Ten piedad de nosotros, mi amada vida, no creo merecerme tanta maldad! Nos han subido la luz, el gas, las tasas de basuras, y ahora nos alcanza el copago de momento..., más tarde ya veremos. La noche, es mucho más larga en vela, que dos días enteros. Pienso, que lo mejor ante esta situación que nos anuncian hasta finales de julio será suicidarme. ¿Qué será de los míos? ¡No lo sé y ya no me importa! No puedo pasarme el día vagando por ahí, en busca de cualquier trabajo. Soy joven y solicito lo qué sea, pero... para unos estoy demasiado preparado y para otros no lo suficiente. Me iré a una pensión, me llevaré todas las pastillas que hay en casa, y me las tomaré. ¡Qué mi hijo de cuatro añitos me perdone, y mi esposa, que me siga odiando por haber sido un calzonazos y no haber sabido decir que no, a la mitad de sus caprichos! Y, yo la odiaré a ella, por no haber sabido negarme los míos. ¡Adiós vida perra! Y adiós, a la banca y a los gobiernos que han consentido alcanzar este engaño colectivo para los pobres, y convertirnos en desheredados. ¡Os odio, banqueros y políticos! ¡Qué así conste señor Juez!
José Pardo Ferrer.
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