Nicolás Sarkozy.
El actual presidente de Francia, desde el primer día me ha parecido un "payaso" gesticulante con tacones algo más altos que los de un bailarín de flamenco. Con el transcurso de su mandato, comenzó convirtiéndose en un primer espada de la UE ejerciendo el "peloteo" a Ángela Merkel. Un hombrecito algo cabezón y de dobles vidas, con una ideología colindante con la extrema derecha. Hace dos días, en campaña, aludió al partido socialista francés comparándolo con el PSOE español y la ruina que le había ocasionado a España conjugándola con la de Grecia. No me han gustado sus palabras. Demasiado similares al de un vulgar feriante de los de antaño. Por otra parte, no me han gustado, ya que España, en su forma de gobierno y en lo electoral es muy disímil al de Francia. De entrada, Francia con cerca de los setenta millones de habitantes, no posee 18 gobiernos más una monarquía. A partir de ahí, el fracaso de un incompetente Zapatero, sus errores fueron compartidos por cortijos del PP, y con más chorizos en los últimos años en el partido de la derecha. Pero Nicolás, con su actual esposa, se cree un playboy a sus 57 añitos y con permiso para opinar sobre España, y todo lo que le concierne a Bruselas en la UE. No me gustan los políticos entrometidos, y mucho menos si son forasteros. José Pardo Ferrer.
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