lunes, 9 de abril de 2012

DON MARIANO, SOLO ES OTRO.


Otro político más creyente en el Divino Hacedor, y en los mandatos que le dictan nuestros grandes acreedores de la UE, pero al fin, un acólito de una ideología dispar a la del otro incompetente y predecesor presidente de España. A nadie en Bruselas, le gustaría que nuestro sistema financiero se viniese abajo. Sería como el hundimiento de otro Titánico –que por estas fechas cumple su primer siglo de una gran tragedia humana– y para remediar dicho acontecimiento, se necesitarían taponar las vías de agua con cientos de miles de millones de euros.
El buen Abad Marianito, de esta abadía laica denominada España, no ha sabido rodearse de unos tecnócratas adecuados y sumamente necesarios para paliar el desastre económico que entre los dos grandes partidos políticos han creado en nuestra Patria.
De ahí, que se me ocurra pensar que los españoles debiéramos comenzar a pensar en abandonar a estos dos grandes grupos de depredadores de la política, y pensar en otros políticos pertenecientes a partidos más jóvenes y menos contaminados por la podredumbre maloliente y chirriante que los años les ha otorgado.
Ver a un Pérez Rubalcaba, José Blanco y demás acólitos laicos, es cómo ver a Mariano Rajoy paseando por su abadía con las manos dentro de las mangas en meditación culinaria seguido a corta distancia por Arenas o Jesús Posada –como bien describe en Rojo y Negro el inolvidable escritor francés Stendhal.
La poda en el gasto público, ésta que debió comenzar por ellos mismos y los otros, no se ha producido. Entretanto, inventan una y mil estrategias para apretar el dogal que lleva a un 25 % de la población española a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
En esto, y nada más, piensan como pócima sagrada económica para salvar a España de un rescate imposible.
La auténtica miseria, estriba en que los dos grandes partidos, son los únicos culpables. Ellos, y las miserias que invaden a vascos y catalanes en momentos tan delicados para nuestra paupérrima economía.
Los momificados componentes del PP, aún no se han enterado que, de momento solo están destruyendo más puestos de trabajo, y me pregunto desde mi supina ignorancia, cuándo se percatarán de que sin trabajo no hay dinero, o lo que es lo mismo, que el trabajo genera el dinero.
José Pardo Ferrer.

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