viernes, 13 de abril de 2012

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ.

No me refiero a la buena novela de Margaret Mitchell, la leí hace muchos años y me gustó por la forma y modo en la recreación en sus personajes, así como en su distribución. Por lo demás, tan solo pasará a la historia de la literatura como una novela romántica y popular aunque de grandiosas ventas. Un “superventas” más.
En realidad, deseo escribir sobre las palabras y promesas de los distintos políticos en campaña electoral. Hoy, ha quedado en desuso el refrán de que: “Las palabras se las lleva el viento” ya que, para ello están las hemerotecas. Y los convierte en esclavos de ellas.
En cualquier caso, por gracia y obra de sus dioses, ellos las olvidan en cuánto han ganado o perdido. ¡Cosas de esa clase de gente que se dedica a vivir del cuento y a crear problemas!
Poseo un buen amigo, que cierto día me dijo:
_ Fíjate bien Pepe, en lo que voy a decir. Si no existiesen problemas, los políticos los inventarían, ya que sin ellos, su razón de ser y existir no poseería razón alguna.
Y, así viene siendo a través de los años. Y si no desean aparecer ellos como responsables y creadores de problemas o dilemas, le pagan a alguien o algunos para que provoquen la oportuna controversia en momentos que puedan diluir las dificultades más acuciantes para el pueblo.
Hoy en día, al bueno de don Mariano, se le ha olvidado que no se puede borrar con el codo lo que se firma con la mano o lengua. De hecho, sabido es que hay minusválidos sin brazos que pintan magníficamente y firman sus cuadros con el pincel entre los dientes.
En cualquier caso, Mariano el “Mea pilas”, sabe que la obligación del pueblo es perdonar sus mendacidades, de acuerdo con la cuarta de las Obras de misericordia espirituales. Y con ello, se lava las manos como Poncio Pilatos y deja su conciencia –muy laxa– limpia de pecado y a su ánima alejada del fuego eterno.
A España, respetado don Mariano, la han tomado como al pito del sereno, ahora y durante su corto pero espinoso camino para el pueblo, Argentina nos expolia Repsol- YPF sin ningún respeto ni recato, y es que nuestra Patria posee el acatamiento que usted se merece. Ninguno.
Sus palabras en campaña, antes de las elecciones andaluzas, y las anteriores tras subir al poder se las ha llevado el viento. Justo igual, que la novela de Margaret Mitchell. ¡Descansen en paz sus promesas electorales!
José Pardo Ferrer.

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