La Comunidad Valenciana, y más en concreto Valencia y Castellón, están en un espejo en el que nadie debe mirarse. Es semejante a una sala de arquetipos de feria, en los que todos salen grotescamente distorsionados.
Sin embargo, no es un efecto para reír. Más bien es para llorar amargamente. Esa imagen de ladrones y expoliadores, por parte de políticos desaprensivos, y que por desgracia no está distorsionada, sino que es real como la propia vida es una vergüenza ajena para el pueblo valenciano.
Llevo tiempo, denunciando en mi humilde e insignificante página web, que Rita Barberá debía dar la cara en el caso EMARSA, y para ello, siempre he aludido a la tangible realidad de que la depuradora, denominada como Pinedo, está ubicada en Valencia capital.
Ni siquiera en la pedanía de Pinedo, de Castellar, Horno Alcedo, El Saler, La Fonteta de San Lluis, El Palmar, etcétera que son pedanías correspondientes igualmente a Valencia.
Pero, no, EMARSA está en Valencia, y es competencia de la alcaldesa correspondiente a la tercera capital de España, y a la primera en latrocinio y pillaje como si de antiguos raqueros se tratasen. Debería haber purgado competencias, salvo estar igualmente ella implicada, y detener esta sangría de millones.
Ayer, Mónica Oltra de Compromís, cuyas formas, modos y maneras no me agradan, tuvo la valentía de acusar a Rita Barberá, y lo hizo más o menos llamándola ladrona.
Al menos, hay alguien con atributos femeninos, para muy probablemente llamar a las cosas y personas por su nombre. Y la felicito. Valencia, ha sido durante años un coto de caza sin guarda, y los cazadores furtivos han campado a sus anchas.
Creo, llegado el momento, de que desde la calle Génova de Madrid impartan órdenes y realicen una criba de políticos acomodados en el choriceo desde años ah, y acomodados plácidamente en esta nuestra tierra que ha dejado de dar glorias a España para hoy, repartir chorizos por doquier.
El espejo de Valencia, no puede seguir siendo noticia todos los días, en la prensa española, europea y mundial por la cantidad de políticos inmersos en la corrupción. Valencia, debe cambiar y limpiar su imagen de arriba abajo, y que a su vez es la del propio PP actualmente en el Gobierno.
¡Mal ejemplo, don Mariano!
José Pardo Ferrer.
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