viernes, 23 de marzo de 2012

HOY HA MUERTO REDI.

La enfermedad de la Leishmaniosis, más conocida como la del mosquito, ha acabado con la vida de un noble y dócil animal que jamás tuvo una reacción extraña con nosotros, su familia ni con nadie. En realidad ha sido sacrificada. Por tal motivo, Dublín ha decretado tres días de luto nacional en Irlanda. Celbridge, su condado natalicio espera con impaciencia sus restos mortales para darle cristiana y católica sepultura tras la missa pro defunctis. En su testamento, me ha nombrado heredero universal de todas sus deudas. Una pequeñez: una libra irlandesa, seis chelines y tres peniques. Era muy austera. En el seno de nuestra familia, el luto será imperecedero y nuestro recuerdo hacia ella eterno. Grandes y niños llorarán su pérdida. Y, yo en particular, echaré de menos su calor corporal, sus charlas, cuitas, discusiones e impertinencias. Igualmente, pierdo a mi heroína de cuantiosas parodias, cuentos y aventuras; ¿y cómo no?, de sus disparatados planes para fundar empresas con el fin de la obtención de un lucro a cambio de soportar yo todo el riesgo. Han sido once años de hermosa convivencia. Mi nieta, llorará y le dedicará una oración por su alma. Un servidor, aunque ateo, pienso que animales como REDI, se merecen ese cielo que anuncian las tres grandes religiones pertenecientes al monoteísmo. Los animales, al igual que las plantas y todas las criaturas que pueblan nuestro Planeta y que en él habitan, poseen su respeto y sus corazoncitos. Sin embargo, los perros, quizás por ser muy dependientes resultan ser muy fieles a sus amos así como a su entorno, por el que luchan y defienden sabedores de que de ello depende su subsistencia. El caso, es que mi dolor, me impide seguir escribiendo más sobre REDI y este fatídico día no inesperado en los últimos dos meses. Deseo pensar, y así lo realizo que habrá sido feliz entre nosotros. Requiéscat in pace, Descanse en Paz REDI. ¡Qué así sea!
 José Pardo Ferrer.

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