Redi, ha cumplido 11 años, fui a por ella a Alagón en la Provincia de Zaragoza, y como les ocurre a todas las mañas, así le ha ocurrido a ella, “que la que no se casa se queda moza”. ¡Pobre Redi! A sus 77 abriles, y sin catarlo.
_ ¡Buen día tengamos, mi amado y respetado señor y amo!
_ ¡Joder Redi, menudo susto me has dado! ¿De dónde vienes tan temprano y disfrazada de ese modo?
_ ¡Ay, qué disgusto me acabas de dar, por la Virgen de las Angustias y de las Santas beatas! ¿Disfrazada yo? ¡Jamás, ricamente vestida como una señorita, para que te enteres! Vengo de confesar tus pecados, y de oír la santa misa más recibir el cuerpo del Señor.
_ Anda, ven aquí y dame un abrazo que quiero felicitarte en tu día.
_ ¡Qué alegría más grande! Te has acordado.
_ Ahora te daré 77 tirones de oreja, uno por cada año que posees.
_ Pero, ¿Qué dices, si yo cumplo hoy 11 añitos?
_ Lo sé mi querida Redi, pero vosotros los cánidos, cada año equivale a siete.
_ ¡Ah, eso sí qué no! Yo acabo de cumplir hoy y por estas horas 11 añitos como 11 soles. Tú deseas que yo sea una vieja carcamal mayor que tú.
_ Y, cambiando de tema, ¿qué me vais a regalar hoy?
_ Algunas cositas te ha comprado tu señora ama.
_ ¡Ay, qué ilu…!
_ Y nos iremos a comer los tres a la playa, una señora “Fideuada”. ¿Qué te parece? Te vas a caer de espaldas.
_ Ahora ya sé, lo mucho que me agradecéis mis desvelos en esta santa casa…, incluso os perdono todos los atrasos de mis honorarios por este detalle.
_ A la una salimos, así que ya puedes ponerte el despertador, pues seguro que te vas a sobar de nuevo, y como te estás quedando sorda a demás de tonta, igual no te enteras…
_ ¡Sabía que lo estropearías todo! Demasiado hermoso para ser verdad. ¡Qué cara tienes! ¡Y qué, disgusto me acabas de dar, señor de todas las vírgenes a la fuerza!
_ Vamos Redi, no te hagas la mártir. ¡Qué te pasas el día y la noche sobando! Y lo saben todos los cacos del entorno. Pero, ¡por cuándo has dado la vara, y no parabas de hacer maldades! Mejor así a la vejez.
_ Me meto en casa, y hasta luego. ¡Ah, y que cumplas muchos más!
Redi, ya estaba sobando, y como es verdad que se ha quedado sorda, y además cada día está más tonta, ni se enteró del viaje a la playa. Miel sobre hojuelas. Aunque, en realidad, jamás tendré un animal ni más hermoso ni más bueno que ella.
¡Todos te queremos Redi, ahora que no me oyes…!
José Pardo Ferrer.
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