domingo, 4 de marzo de 2012

LOS INFIELES Y LA INFIDELIDAD


Lunes, 5 de Marzo de 2012
La cultura Occidental, durante siglos ha tratado de infidelidad a todo aquel ente humano carente de cristiandad. Y más en concreto, a los musulmanes llevando a éstos durante el franquismo al sarcasmo de los cómics –seguramente fuese una mera casualidad– ya que, siglos antes, se les quemaba en hogueras, como preludio ancestral de lo que serían las fallas josefinas más tarde.
No respetar otros credos, salvo en el que cree uno mismo, los que sean creyentes, es una obcecación ridícula y propia de incultos obcecados y encerrados en su única verdad. Un servidor, hoy en día lo traduciría como un absolutismo pleno de falacia.
En realidad, como se viene produciendo desde el reinado de los Reyes Católicos o caóticos. Fueron tan buenos, católicos y misericordiosos, que a través del tratado de Tordesillas, pueblo vallisoletano hoy, éstos y Juan II rey de Portugal delimitan las líneas de nuevas incursiones en las zonas ultramarinas así como el mercado de esclavos negros para llevar a las colonias americanas en 1494.
¿Para los incrédulos, y qué los son muchos dado el TBO de Historia que nos vendió Franco durante su largo y desgraciado periplo, basta qué averigüen quién reinaba en Castilla y Aragón en el citado año 1494? ¡Ojo, he dicho en Castilla y Aragón, ¡Ojo, no he nombrado a España!
Todo esto, viene a explicar que ahora, somos muchos los infieles y entre otros todos los cristianos seamos católicos, protestantes u ortodoxos a la vista del Islam, ¡y qué son muchos! Su libro sagrado el Corán, al igual que la Biblia en su doble compendio del Antiguo y Nuevo Testamento, es igual de real y válida que éste.
El Corán, fue escrito en el año 604 de nuestra era, es un libro sagrado y a través del cual establece, que Mahoma es su Profeta y Alá su único Dios, expresado así de un modo muy lacónico. Pero, es un libro sagrado que hay que respetar ante la mirada de bastantes más de mil millones de creyentes en Él y establecidos por todo nuestro planeta.
No tengo nada que decir en contra del Islam, y mucho menos siendo ateo, pero si debo incidir en el respeto a unos creyentes distintos de los occidentales y a las más milenarias religiones como la hindú y la budista.
Sin embargo, al igual que en la Edad Media, hoy y ahora, en algunos países mahometanos o islamistas, mandan los clérigos radicalizando mucho más a estos países.
Como penúltimo ejemplo, me paro en Irán, en las elecciones actuales, todo indica el triunfo del ayatolá Alí Jamenei. Es esto bueno o malo, simplemente es la voluntad de un pueblo ante las urnas. Pero, lo que si puede traernos este resultado, creo que provisional, es una mayor persecución de los infieles de un modo invertido al de aquel cómic denominado el Guerrero del Antifaz en lucha permanente en contra de los otomanos.
Y, en realidad, lo que siembras recoges. En esta ocasión, el sembrado puede ser mayor que el viento, y la cosecha más extensa que una simple tormenta.
En mi mente, queda la última quema de libros sagrados del Corán, por parte de bárbaros soldados que están ocupando Afganistán. Mal cultivo aunque no lleve levadura. Corren malos tiempos, y peores sucedidos por parte de descerebrados que mandan a distintos pueblos.
José Pardo Ferrer.

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