He esperado unos días tras el de reflexión, para opinar un poco de lo que aparenta que va a ser la política a seguir a tenor de la que está aplicando el señor Mas en Cataluña. Y muy necesaria, aunque olvide éste varias cosas determinantes muy importantes.
Pero, no he oído nada de poner un techo salarial a todos los políticos. Ni una palabra, sobre eliminar el senado, las diputaciones y los congresos comunitarios. Eso, sí que sería importante, miles de millones ahorrados, junto a lo del techo salarial de tantos políticos, y que, en cada nuevas elecciones crecen y crecen sin par.
En España, los más pobres pasaremos a ser muertos de hambre, y a la clase media ya se la han cargado, los que queden lo harán a no tardar. Todos los recortes recaen sobre el pueblo más menesteroso. Los políticos, ni una palabra de abandonar su elevado estatus social así como sus coches oficiales, guardaespaldas y prebendas varias, al margen aquellos que se arremangan la camisa y meten la mano y el brazo en la jarra de aceite.
Y, fuero de todo esto, qué hay sobre cómo mitigar el paro. Las prebendas para las empresas en contra de los trabajadores, con los sindicatos mirando hacia otro lugar, dichos abusos laborales están ubicados, en grandes cadenas de almacenes, y en las dos mayores empresas francesas dedicadas a la alimentación ubicadas en España.
Dentro de poco, en Valencia, y más en concreto en el término municipal valenciano de Paterna, llegará IKEA, los terrenos se le regalarán y se verá beneficiada con prebendas en forma de impuestos y en las contrataciones laborales. Con ello, se acabará con la empresa tradicionalmente ubicada en Valencia dedicada a la fabricación del mueble.
Por un puñado de dólares, como aquella película del Oeste americano, se arruinarán miles de puestos de trabajo.
Si, esta será la nueva política, a don Mariano nadie le puede auspiciar que la mayoría absoluta le sirva para mucho.
España, emulando a Grecia, arderá por los cuatro costados como la noche de San José en Valencia, y él como un muñeco de falla, no será indultado.
¡Muy malos presagios nos esperan!
José Pardo Ferrer.
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