Entre Durán i Lleida y Artur Mas, hay muchas similitudes pedigüeñas y pocas divergencias. La única disonancia estriba en la calidad de "charnego" del señor Antonio, pero esto no es óbice para que se dedique a seguir multando en Cataluña "La región de las libertades" a aquellos comerciantes que no rotulen el nombre del comercio en catalán o francés mal hablado.
En realidad, son cosas de los nacionalismos extremistas. Comenzó por ejercitar de payasos el tripartito, y hoy, Cataluña ya es un circo que me hace reír en casi todo menos en el equipazo de fútbol que poseen tan hábilmente dirigido por Guardiola.
Casi peor un nacionalismo extremo de derecha como el actual, que el de izquierda –aunque ahora recuerdo que en España ya no queda izquierda. Ya saben aquello de Antonio Machado, en aquel hermoso poema: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..." y justo es lo que está realizando Cataluña, seguir paso a paso hasta emular al nazismo más extremista.
Cuando se prohíbe, algo tan elemental como el habla y la enseñanza en español, y se obliga a rotular todo en catalán, el seny se ha perdido, y con él, la libertad del pueblo, ésta que no posee fronteras ni límites.
Al margen de esto, queda lo más grave, y es que, Cataluña se salta a la torera –a pesar de haber prohibido los toros– la sentencia del más alto tribunal de Justicia de España. Y, aún existe algo peor: España se lo tolera. ¡Pena de País, España!
Ayer, por hoy Artur Mas, tiende la mano al futuro Gobierno del PP <<si defiende los intereses de Cataluña>>. Ha insistido en que, habrá colaboración "porque si Cataluña no sale adelante España tampoco, porque todavía somos el motor del país" (Sic.)
Pobre España, en manos de nacionalismos, igual da que gobierne el PP o el PSOE, al fin estaremos a merced de estos retrógrados.
José Pardo Ferrer.
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