Se nos abre un abanico de posibilidades infinitesimales, por lo tanto, el resultado no va a ser exacto matemáticamente hablando.
En cualquier caso, un servidor de todos ustedes, les voy a dar una serie de instrucciones lo más aproximadas a la realidad y certeza del voto, dependiendo de la situación geográfica de cada uno.
1º– Para no sufrir influencias equivocas, no escuchar ningún discurso pronunciado por algún político que no sea mendaz. No vaya a equivocarles.
2º– Al resultar esto imposible, lo mejor y aconsejable es que lean el TBO, y dentro de este, las añagazas del pobre Carpanta. Pensando en que nosotros nos acercamos a sus aventuras ciertas y verídicas. Esto es para aquellos mayores, que recuerden aquel TBO que tanto nos distraía de nuestra propia hambre.
3º– Prohibido terminantemente, leer ninguna encuesta, todas ellas equivocadas y tendenciosas a producir el equívoco voto. Piensen, que si las encuestas fuesen reales, esos tíos, se forraban con el euro millón y las loterías miles.
4º– Los indecisos, y que según he oído a través de radio macuto, son varios millones, que se vayan a mamar de una cabra, y que vuelvan después de pasadas las elecciones, con mucho calcio acumulado en su organismo. Sanísimo. Quince días recogiendo hierbas para hacer infusiones por el monte bajo.
5º – Prohibido igualmente, mirar panfletos por la calle, salvo los eróticos y las carteleras de cine. No se vayan a distraer, con los dos chaveas de las casposas barbas y se den un tortazo con el coche, si aún lo poseen o les queda dinero, a final de mes, para poner cuatro euros de gasolina.
6º – No fiarse de ningún candidato con barba, o con la cabeza como una bola de billar, y mucho menos, de aquellos que dicen no entender a los andaluces.
7º – No llevar a reuniones políticas a menores de 80 años, les pueden hacer creer que los pájaros maman. Son tan angelicales y están tan turbados ante los platos de comida cada vez más menguantes, que son capaces de gritar ¡Viva Franco! Y Garzón, encerrarlos en la cárcel por incitar al terrorismo.
8º – No llevar megáfonos por la calle aunque seas vendedor de hojas de afeitar. Te pueden confundir con un indignado. Y nada de usar corbata estos días hasta después del 20 N, está muy mal visto, es de burgueses..., y burgueses sin sopas, es como soplar en caldo frío.
9º – Ese sábado, malamente denominado de reflexión, irse con los niños muy lejos para olvidar y hablarles claro, explicando que no deben decir palabrotas, como las oídas a unos y otros, y decirles que ese es su futuro: ser políticos.
10º – Y ya por último. Darles a todos mis compatriotas, una lección de amoral colectiva:
"Tanto monta, monta tanto Alfredo como Mariano", sin que piensen ustedes en nada de esfínteres. Para esto, recordarles que visionen cómo está toda España:
Menos las clases políticas, los funcionarios y los jubilados con penurias y muy alejados del júbilo, el resto de españoles en las listas del paro.
Alfredo, como coadjutor de lo mal hecho y Mariano por no hacer nada para remediar en media España lo que hacían los otros en la otra, son reos de sus palabras.
En realidad, Mariano eso de no hacer "nada, nada lo que se dice nada" no es cierto, se ha puesto, como el tonto de mi pueblo, hartito de comer a lo grande, beber, vivir y lanzar piedras sobre la única banda política que estaba, malamente y por desgracia, trabajando. En realidad mi recordado Paco, uno de los dos tontos oficiales, de mi pueblo murió con toda la dignidad del mundo.
José Pardo Ferrer.
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