Basada en una obra de mi admirado Enrique Jardiel Poncela, el título de esta película se emitió a mediados de los años cincuenta y su título casa perfectamente con la actualidad cotidiana en nuestras vidas de hoy.
Ayer leí en Las Provincias, el enésimo artículo sobre el robo permisivo e inmisericorde en el campo. “Lo que hay en España es de los españoles”, así funciona nuestro país, en el que los ladrones y timadores se han convertido en honrados y campan a sus anchas.
José Aparicio, le dedica el artículo a la señora Botella como delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Su escrito está muy bien elaborado y en él describe el desamparo del pueblo español ante la avalancha masiva de ladrones en cada uno de los diferentes sectores de la sociedad, y principalmente en el campo.
Sin embargo, estimado señor, tan sólo deseo ponerle un pero a su escrito de un modo constructivo, la culpa no es ni de la policía ni de la benemérita. Un servidor suyo, criado en la huerta de Godella (Valencia) trabajé la tierra junto a mi padre, y defendíamos con uñas y dientes nuestras cosechas. Si había que tener la escopeta a mano, sencillamente así se hacía, pero…, si amenazabas a un ladronzuelo hambriento con un arma, o a un ladrón de mayor fuste, éste no se iba a la benemérita a denunciarte a ti.
_ Señor Comandante de Puesto, vengo a denunciar que soy un ladrón, y que el propietario de sus tierras me ha amenazado con una escopeta.
_ ¿No me diga?, venga aquí y le enseñaré el pisito…, y vaya si se lo enseñaban.
Pero hoy en día, al ladrón o a los ladrones, se les permite que vayan y denuncien al honrado labriego que se mata a trabajar, y que, simplemente defiende el fruto de su esfuerzo.
Y esto, no finaliza aquí, estas denuncias de los ladrones amenazados, se hace extensiva a cuando invaden tu vivienda y acosan a tu familia con la insana intención de robar y cometer agresiones físicas contra personas indefensas. Caso de defenderte, con un arma –en el supuesto de que la poseas de modo reglamentario– todo el peso de la Justicia ¿Qué Justicia? Caerá sin piedad sobre la honesta familia maltratada y robada que ha defendido sus enseres y sus vidas. ¡He aquí, el auténtico problema señor Aparicio!
Un servidor jamás defenderá que Ley y Justicia cohabiten en el mismo hogar, compartan mesa mantel y cama, pero la gente honrada, el ciudadano que se comporta según las reglas no puede ser malquisto, e inconciliable por la Ley primero y por la Justicia más tarde. Si acudes al campo con las manos libres, y hay gente robando tu cosecha –se han dado muchos casos– de que el propietario haya recibido un apaleamiento colectivo por parte de los ladrones. Si llegas con la escopeta, y los amenazas, éstos se van y denuncian al propietario de los frutos regados con su sudor, y el peso de la Ley y de la Justicia cae sin piedad sobre éste.
Con la situación actual por la que atraviesa nuestra sociedad a nivel económico y educación social, se va a hacer cada día más difícil caminar por la calle. Las calles de las ciudades están siendo tomadas por los ladrones. Éstos saben que entran en la comisaría correspondiente por una puerta y salen rápidamente por la otra. Pero, esto irá in crescendo tal como se incremente el paro y se acabe el subsidio del mismo.
En cualquier caso, desde mi máxima inocencia e ignorancia, me pregunto:
¿Qué pasaría en Andalucía y Extremadura si se anulase el PER? ¿Cómo se sienten las familias que han dejado de recibir las ayudas de los 426 euros, en relación con aquellas dos vastas comunidades, que continúan cobrando su subsidio o limosna? ¿Se sienten españoles discriminados? No lo sé, y qué más da…
En este país llamado antaño España, hoy las diferenciaciones y contrastes discriminatorios suben por cuestas cada día más empinadas de la injusticia social y de la otra. La vida del ser humano, ha dejado de poseer valor, con seis o siete años de cárcel queda arreglado el tema, los cuales al final se convierten en tres.
La visita de ayer de Arturo Mas, a Zapatero, y el atrevimiento de éste al ofrecerle la espalda, al Presidente de Cataluña, en posición física inadecuada, ha levantado ampollas entre las demás Comunidades. Si le das el espinazo a un político catalán, ya sabes que te la puede introducir doblada y no sacarla hasta lograrte la sangre, para encima y mayor INRI, irse insatisfecho y amenazarte con volver, caso de ayer en La Moncloa.
Así se escribe hoy la Historia más reciente de España…
José Pardo Ferrer.
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