martes, 18 de enero de 2011

LOS RAYOS CAÓTICOS DEL TELEVISOR

La guerra en contra del ciudadano, pobre y mísero se ha desatado. La felicidad aunque sea por un ratito, está proscrita en España. Las órdenes son: ¡A por ellos, y que se jodan!
Imposible ser felices, al pueblo –a éste al que pertenece un servidor y todos ustedes– los gobiernos –expresado en plural– van a por nosotros y de qué modo. Les jode, que dentro de la miseria, exista gente con un rayo catódico de esperanza y felicidad que poder observar desde el exterior tomando una cervecita, degustando un cigarrillo y bien acompañado. ¡Se acabó!
Con lo a gusto que, cenábamos en casa en verano en nuestra terracita frente al ventanal, con la televisión girada hacia afuera viendo algún partido de fútbol o una película, en bañador y una camisa de manga corta, descalzos y con REDI a nuestros pies. ¡Hoy imposible! Ahora costará 1.500 euros de multa.
Nos contentábamos con poco, eso, un plato de caracoles con una guindilla, el barral de vino con gaseosa, cuatro cacahuetes valencianos asados y un frito de tomate con pimientos y alguna longaniza, el pan para mojar, y al aire libre  visionando el estrellado firmamento y, sin saberlo, recibiendo los catódicos rayos del televisor.
La pareja de policías que te visiten, con cierta razón y educación fingida, te dirán que la Ley proviene de principios de 2009. Y que, entonces la crisis no era tan aguda. Algunas prohibiciones se han saltado a la torera, tal como en ésta, aunque en realidad las multas se ponían si el aparato televisivo estaba fuera en la terraza.
Pero, ¡hasta hoy hemos llegado! los policías te darán las buenas noches, pero antes de que entren en tu recinto privado, ya le habrás dado la vuelta al televisor. ¡Cara a la pared, castigado!
¡Buenas noches señores, y buen provecho!
¡Buenas noches agentes, y gracias!
¿A qué se debe su visita?
Les vamos a multar con 1.500 euros.
¡Ay Madre Mía y Virgen de los Remedios! ¿Por qué, señores agentes?
Por estar fuera de la casa, pero viendo por la ventana la televisión.
Pero, si no la vemos, sólo la oímos.
Se acercan ambos, miran por el ventanal, y se quedan petrificados.
Joder, pues hubiésemos jurado que lo estaban viendo.
Por cierto, esto huele muy bien.
Caserito, ¿desean probarlo?
Nos sabe mal…, en todo caso, unos cacahuetes y un traguito de vino con gaseosa.
¡Goooool del Valencia, ha marcado Mata!
¡Ay, que joderse, me he fastidiado el gol! Piensa el cabeza de familia.
Bueno, pues nada, nos vamos a ver si pescamos a algunos desaprensivos, que se juegan la vida y la vista con los rayos catódicos.

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