La Ministra de Sanidad, y no sé de cuántas cosas más, al igual que sus antecesores y actuales ministros del PSOE, todos éstos, proceden de un mismo núcleo: De “Las Juventudes Socialistas”. Ahí tenéis el futuro queridos jóvenes.
Como es lógico, ha existido una excepción, con la finalidad de que la regla se cumpla, y ésta, fue de salida rápida ya que se ha tratado del único médico que ha ocupado dicho cargo: Bernat Soria, valenciano e hijo del pueblo de Carlet.
No sirvió, era médico y conocía los entresijos de la medicina y la Sanidad, pero…, no provenía de Las Juventudes Socialistas.
La señorita Leire Pajín, que ahora cuenta con 34 años, algo que carece de importancia, lleva 10 años en cargos políticos y viviendo de la política. Al igual que todos sus congéneres, ninguno ha inclinado la cerviz para ganarse el sustento cotidiano en menesteres honestos. Ya que la cerviz se puede doblar para otros temas menos honorables que el trabajo, aunque, al fin, todo se considera labor y esfuerzo o placer.
Se les conocen a algunos ministros, estudios y conocimientos académicos, pero en su currículo, no aparece ningún lugar de trabajo con cotización sudorosa a la Seguridad Social. Imaginemos a nuestra bien amada Ministra de Sanidad, y a quien, su dios le conserve muchos años la vida. Llegará a los 67 años de edad para alcanzar el júbilo, con 43 años cotizados cuando en realidad a ella, ya le sobran años cotizados para alcanzar la jubilación plena con el sueldo “Pírrico” de Ministra.
En cualquier caso, todo esto, me recuerdan los tiempos que precedieron a la muerte plácida en la cama del “Caudillo de España”. Igualmente, todos los ministerios eran ocupados por falangistas y franquistas, y la rueda giraba y giraba tirada por el burro con los ojos vendados –entiéndase por el asno, al pueblo ciego.
Si retrocedemos más en el tiempo, hasta mis primeros pasos en el primer albor del decenio de 1940. Lo mismo ocurría. Franco poseía una terna, a cual más asno y algún mucho más, pero eran falangistas y franquistas fieles que le habían ayudado a ganar la guerra. Con eso bastaba. Y la noria giraba y giraba ante la mirada bobalicona de un pueblo con los ojos vendados.
La Historia se repite, con sacas o sin ellas, pero el saqueo y el expolio a cuenta del pueblo español se mantienen. Y, para muestra, la Ministra de Sanidad Leire Pajín. Una más, y van…
Capricho.
viernes, 28 de enero de 2011
domingo, 23 de enero de 2011
SOBRE LA LEY DEL TABACO
Leo cosas contradictorias a mis propios pensamientos, y no me extraña, puesto que quiénes de ello escriben poseen mayores sapiencias que un servidor. En realidad son seres humanos, unos más jóvenes y otros no tanto. Sus pareceres sientan cátedra, aunque al fin tan sólo se traten de pedradas. Pero, son pareceres respetables aunque pueriles unos y desatinados los otros.
Para mí, entre otros columnistas de periódicos, me rindo de admiración, a la prosa y al contenido en sus artículos de don Manuel Alcántara. Al igual que a los de don José Forés. Son hombres equilibrados y que viven y están de vuelta de muchas cosas. La honestidad a su pluma, está satinada por la virtud cardinal de la templanza. Esta virtud que yo no poseo, ya que me puede la destemplanza iracunda, y que por mucho que lo intento, ya comienzo a desesperar ante la posibilidad de adquirirla. Sin embargo, lo continuaré intentando.
De los columnistas más jóvenes, caso de Teodoro León Gross, desde mi máximo respeto, me confunden al alcanzar la vejez, por la intrepidez con la que disecciona éste, sobre una Ley por decreto, sin tener en cuenta que hubo otra, igualmente por decreto y que, les costó mucho dinero a gentes de diferentes tipos de hosteleros, creando zonas para no fumadores. Un país, que no respeta el dinero ajeno, a la hora de contravenir una Ley, es un país gobernado por casquivanos.
¿Piensa, acaso, devolverles usted el dinero a los perjudicados? Cuando se crean dispares leyes sobre un mismo tema, en un espacio de tiempo reducido, siempre resultan ser precipitadas, inconvenientes y políticas. Un servidor suyo, a diferencia de usted, no hablo de colores políticos, bastante he tenido con soportar toda la era del franquismo, y la nueva dictadura de las democracias disímiles.
Usted habla del fumador pasivo como de un mártir. Y, un servidor que no fuma desde hace muchos años, nunca me he considerado fumador pasivo. Para ello, basta con no entrar en lugares en los que, el humo de los cigarros, pipas y cigarrillos se puede cortar con un cuchillo. A esto, se le denomina libertad, o comer y dejar.
Habla de los españoles, cómo de barbaros ante sus reacciones en contra de la Ley del Tabaco. No sé, si entre ellos se incluye usted como español y bárbaro. Quizás, tan sólo quizá, prefiera ser incluido en el grupo de cordero Pascual, ante todo el cúmulo de prohibiciones y sanciones correspondientes que les siguen a éstas.
Esta Ley del Tabaco, es lo mismo que la aprobación por decreto y con disimulo farisaico, sobre la Ley del Aborto a discreción incluyendo a las menores, y saltándose la barrera legal de La Patria Potestad. Ésta, igualmente, también fue decretada a dedo, para eliminar la virtud natural de la vida misma.
No entro en el sofisma religioso, dado mi ateísmo, solo he hablado de las reglas de la vida en estado natural. Ésas que siempre hay que respetar.
Por último, sobre esta Ley del Tabaco, habla sobre un patán que intenta sobrevivir en una época de CRISIS en mayúsculas, defendiendo su negocio. Recuerde, que a este malagueño le seguirán otros patanes, según usted, pero se olvida de los gañanes que conducen al rebaño español hacia un precipicio. No los olvide, porque están ahí al acecho del más humilde.
La cortina de humo ante el inmisericorde 2011 que nos espera, está creada. Dentro de dos meses, saldrá otra y al igual que ésta, admitirá también las delaciones al descuido, para crear mayores discordias entre el pueblo. Para autorizar e incitar a la denuncia por parte de civiles, hay que poseer muy mala leche ¡Con qué facilidad se crea una soflama!
Para mí, entre otros columnistas de periódicos, me rindo de admiración, a la prosa y al contenido en sus artículos de don Manuel Alcántara. Al igual que a los de don José Forés. Son hombres equilibrados y que viven y están de vuelta de muchas cosas. La honestidad a su pluma, está satinada por la virtud cardinal de la templanza. Esta virtud que yo no poseo, ya que me puede la destemplanza iracunda, y que por mucho que lo intento, ya comienzo a desesperar ante la posibilidad de adquirirla. Sin embargo, lo continuaré intentando.
De los columnistas más jóvenes, caso de Teodoro León Gross, desde mi máximo respeto, me confunden al alcanzar la vejez, por la intrepidez con la que disecciona éste, sobre una Ley por decreto, sin tener en cuenta que hubo otra, igualmente por decreto y que, les costó mucho dinero a gentes de diferentes tipos de hosteleros, creando zonas para no fumadores. Un país, que no respeta el dinero ajeno, a la hora de contravenir una Ley, es un país gobernado por casquivanos.
¿Piensa, acaso, devolverles usted el dinero a los perjudicados? Cuando se crean dispares leyes sobre un mismo tema, en un espacio de tiempo reducido, siempre resultan ser precipitadas, inconvenientes y políticas. Un servidor suyo, a diferencia de usted, no hablo de colores políticos, bastante he tenido con soportar toda la era del franquismo, y la nueva dictadura de las democracias disímiles.
Usted habla del fumador pasivo como de un mártir. Y, un servidor que no fuma desde hace muchos años, nunca me he considerado fumador pasivo. Para ello, basta con no entrar en lugares en los que, el humo de los cigarros, pipas y cigarrillos se puede cortar con un cuchillo. A esto, se le denomina libertad, o comer y dejar.
Habla de los españoles, cómo de barbaros ante sus reacciones en contra de la Ley del Tabaco. No sé, si entre ellos se incluye usted como español y bárbaro. Quizás, tan sólo quizá, prefiera ser incluido en el grupo de cordero Pascual, ante todo el cúmulo de prohibiciones y sanciones correspondientes que les siguen a éstas.
Esta Ley del Tabaco, es lo mismo que la aprobación por decreto y con disimulo farisaico, sobre la Ley del Aborto a discreción incluyendo a las menores, y saltándose la barrera legal de La Patria Potestad. Ésta, igualmente, también fue decretada a dedo, para eliminar la virtud natural de la vida misma.
No entro en el sofisma religioso, dado mi ateísmo, solo he hablado de las reglas de la vida en estado natural. Ésas que siempre hay que respetar.
Por último, sobre esta Ley del Tabaco, habla sobre un patán que intenta sobrevivir en una época de CRISIS en mayúsculas, defendiendo su negocio. Recuerde, que a este malagueño le seguirán otros patanes, según usted, pero se olvida de los gañanes que conducen al rebaño español hacia un precipicio. No los olvide, porque están ahí al acecho del más humilde.
La cortina de humo ante el inmisericorde 2011 que nos espera, está creada. Dentro de dos meses, saldrá otra y al igual que ésta, admitirá también las delaciones al descuido, para crear mayores discordias entre el pueblo. Para autorizar e incitar a la denuncia por parte de civiles, hay que poseer muy mala leche ¡Con qué facilidad se crea una soflama!
sábado, 22 de enero de 2011
NO SÓLO ESPAÑA ENVEJECE
Ante el envejecimiento de Europa, se habla y escribe mucho, sobre la conveniencia de retrasar la edad de jubilación del mundo laboral. Nuestro Presidente, tan cauto él con los sindicatos, está retrasando su determinación sobre una normativa que resulta ser SÍ, o Sí.
Sin embargo, no deseo meterme en la difícil labor de gobernar a mi país, ya poseo bastante con que mi amada esposa, gobierne nuestro hogar sin vacilaciones. España envejece, y los geriátricos o centros de mayores se incrementan. Cuando se habla del envejecimiento de un país o un Continente, en realidad se alude al envejecimiento de sus pobladores.
Y uno, que ya camina entre ser mayor o viejo, se pregunta: ¿Qué futuro nos espera a los viejos? Mantenernos o aplicarnos la muerte “Digna” o “Eutanasia”. Particularmente, sobre la eutanasia estoy a favor en mí caso. ¡Solamente en mí caso! Ahí, que a cada cual, su libertad de pensamiento le guíe, sin interferencias del Gobierno.
Volviendo al futuro de la España vieja, sórdida y de abandono por parte de los hijos para con los padres, igualmente se han olvidado las obligaciones y deberes de los hijos para con sus padres, sobre los que compendiosamente comento:
AMOR.
REVERENCIA.
OBEDIENCIA.
ASISTENCIA.
Hermosas palabras, lástima que no se cumplan en la mayoría de los casos, las escusas son tan pueriles como innecesarias, y para ello, basta ver la fotografía de Las Provincias en su página principal, de gente ida que alocadamente entraban los primeros agolpándose sobre los dinteles de las puertas para gastar el resto de sus escuálidos fondillos, en el primer día de las rebajas. ¡De vergüenza!
El consumismo, es lo que ha ido matando lentamente a la familia, esto y la pérdida de los valores humanos y familiares. Mi esposa y un servidor, enterramos a nuestros padres asistidos en nuestras casas. Y yo vi, el cuerpo de mis abuelos, en el medio de la entrada de sus casas en sus ataúdes correspondientes. Murieron, rodeados de los suyos y atendidos hasta el último suspiro.
¿Habrá bastantes residencias para alojar a los viejos? Debemos pensar en hipotecarnos, en lugar de con pisos, para poseer una habitación en una: “Residencia para mayores”. Suena igual de bien que el seguro de vida. Para qué quiero un seguro por vivir si ya estoy vivo. ¡No te jode!
Que los mayores piensen en ello: “Una hipoteca, para poseer cobijo en una Residencia para Mayores”. Como aval, se admitirá a cambio el pisito acabado de pagar, tras cuarenta años, la semana anterior.
No envejece España, menguamos las personas, y con la excusa pueril de asegurarnos una pírrica pensión con la que malvivir, ganada con creces a través de los años de pago a la Seguridad Social, se inventan lo del envejecimiento y el traslado en la edad de trabajo hasta los 67 años, sin marcha atrás. Esto y mucho más. De las generaciones venideras, el que cobre 100 euros mensuales de pensión será un caso, raro bis.
Sin embargo, no deseo meterme en la difícil labor de gobernar a mi país, ya poseo bastante con que mi amada esposa, gobierne nuestro hogar sin vacilaciones. España envejece, y los geriátricos o centros de mayores se incrementan. Cuando se habla del envejecimiento de un país o un Continente, en realidad se alude al envejecimiento de sus pobladores.
Y uno, que ya camina entre ser mayor o viejo, se pregunta: ¿Qué futuro nos espera a los viejos? Mantenernos o aplicarnos la muerte “Digna” o “Eutanasia”. Particularmente, sobre la eutanasia estoy a favor en mí caso. ¡Solamente en mí caso! Ahí, que a cada cual, su libertad de pensamiento le guíe, sin interferencias del Gobierno.
Volviendo al futuro de la España vieja, sórdida y de abandono por parte de los hijos para con los padres, igualmente se han olvidado las obligaciones y deberes de los hijos para con sus padres, sobre los que compendiosamente comento:
AMOR.
REVERENCIA.
OBEDIENCIA.
ASISTENCIA.
Hermosas palabras, lástima que no se cumplan en la mayoría de los casos, las escusas son tan pueriles como innecesarias, y para ello, basta ver la fotografía de Las Provincias en su página principal, de gente ida que alocadamente entraban los primeros agolpándose sobre los dinteles de las puertas para gastar el resto de sus escuálidos fondillos, en el primer día de las rebajas. ¡De vergüenza!
El consumismo, es lo que ha ido matando lentamente a la familia, esto y la pérdida de los valores humanos y familiares. Mi esposa y un servidor, enterramos a nuestros padres asistidos en nuestras casas. Y yo vi, el cuerpo de mis abuelos, en el medio de la entrada de sus casas en sus ataúdes correspondientes. Murieron, rodeados de los suyos y atendidos hasta el último suspiro.
¿Habrá bastantes residencias para alojar a los viejos? Debemos pensar en hipotecarnos, en lugar de con pisos, para poseer una habitación en una: “Residencia para mayores”. Suena igual de bien que el seguro de vida. Para qué quiero un seguro por vivir si ya estoy vivo. ¡No te jode!
Que los mayores piensen en ello: “Una hipoteca, para poseer cobijo en una Residencia para Mayores”. Como aval, se admitirá a cambio el pisito acabado de pagar, tras cuarenta años, la semana anterior.
No envejece España, menguamos las personas, y con la excusa pueril de asegurarnos una pírrica pensión con la que malvivir, ganada con creces a través de los años de pago a la Seguridad Social, se inventan lo del envejecimiento y el traslado en la edad de trabajo hasta los 67 años, sin marcha atrás. Esto y mucho más. De las generaciones venideras, el que cobre 100 euros mensuales de pensión será un caso, raro bis.
jueves, 20 de enero de 2011
A FELIPE GONZÁLEZ MÁRQUEZ
Hace unos días, le oí decir, “Que si se presentara usted a las próximas Elecciones Generales, sacaría más votos que Rodríguez Zapatero” (Sic.) y no me parece en absoluto disparatado. Con usted, en 1982, España alcanzó la auténtica Democracia.
Supo convencer a la mesa del PSOE, sobre la necesidad de gobernar de un modo moderado, al más puro estilo de una izquierda democrática, apartándose del Marxismo, y aceptando durante sus catorce años de mandato, con la mayor naturalidad, el pacto al que llegaron, los llamados padres de La Constitución.
Tuvo la sabiduría de no confrontar a los españoles, en tiempos difíciles económicamente creó en contra del parecer de los dos grandes sindicatos de izquierda, los contratos basura para que los jóvenes dispusieran de su primer trabajo y fuesen curtiéndose en éste, y dejasen de vagar sin rumbo.
Otra medida, que le fue muy criticada, le sitúo igualmente en la ola de la cresta en forma de protesta por la izquierda más radical, al autorizar la creación de empresas de trabajo temporal. Fueron medidas anti socialistas, pero que crearon empleo, no como hoy en día, que un Presidente un tanto totalitario, sigue acumulando paro en el INEM.
Para un servidor suyo, querido amigo González, su único error durante su mandato de cierto volumen, fue no retirarse cuatro años antes, tras haber gobernado durante doce.
Lo demás lo de los carroñeros que se le colaron, al más puro estilo de estafadores o trileros, y entre éstos, el ex Director de la Guardia Civil que se le metió por las tuberías del desagüe el famoso Luís Roldán; al más pintado le sucede. Sino ver hoy en día al PP de Valencia, Madrid y creo que igualmente en Palma de Mallorca. Para mí, aunque un tanto alejado de la derecha, no creo que Francisco Camps, haya sido capaz de recibir sobornos y al igual que a usted, les creo a ambos honestos.
A estos individuos, no los alcanza a ver llegar nadie. Son auténticos profesionales del engaño y de la perversidad y arruinan la carrera de cualquier político.
No quiso figurar como Padre de la Constitución, dejándole dicho honor a Gregorio Pérez- Barbas en representación del PSOE, todo un caballero donde los haya. Un hombre honesto y laureado con el Gobierno del PSOE y el del PP con las máximas distinciones.
Esto, entre otras cosas, le separa a Felipe González de Zapatero. A Felipe González, nunca le tembló el pulso a la hora de contratar a políticos con pedigrí, de cualquier vereda. A su vera deseaba lo mejor.
Usted fue un Presidente admirado y respetado en Europa y en el Mundo. Durante su mandato, era una gozada viajar por cualquier país. El español, como individuo, era respetado, y España lavó la cara más crítica de la dictadura.
No se metió con la Iglesia. No desafió a Estados Unidos. Realizó un referéndum nacional para aprobar la entrada de España en el Pacto Atlántico. No quiso excavar fosas comunes, y su sentido de la equidad se la transmitió al pueblo. Comió y dejó.
Señor ex Presidente, posee toda la razón al decir que sacaría más votos que Zapatero. Éste, que camina negociando con el sindicato algo innegociable, ya que La UE le ha dado unas órdenes a España, y éstas deben cumplirse cuanto antes, SÍ o Sí. No valen vacilaciones ni pérdidas de tiempo. Como tampoco, vale un real, nuestra economía mientras no se cree empleo cómo sea.
Atentamente le saluda, un fiel seguidor suyo: José Pardo Ferrer
martes, 18 de enero de 2011
MÁS CORNÁS DA EL HAMBRE
Así se expresaba el torero sevillano, Manuel García Cuesta, El Espartero hijo de un modesto espartero, ubicado en el castizo barrio sevillano colindante con la Plaza de la Alfalfa, y por el que tanto me ha gustado corretear o pasear, hasta alcanzar La Campana. Allí en la plaza de La Alfalfa, hay duende, aún se adivina a la mujer que al amanecer se ponía a vender “alfalfa”. Es la fantasía que se expande por toda Sevilla.
Lo vengo a recordar, debido a que quizás debamos enterrar el hacha de guerra en contra de La Ley Antitabaco, tan poco tolerante con más de un 35% de la población española, y a la que, a un servidor ni le va ni le viene al no ser fumador, pero, siempre suelo meterme en camisas de once varas, ante el menor atisbo de leyes prohibitivas, arrogantes y privativas de pequeños placeres para un pueblo que se desangra de hambre.
El pueblo español, aún no ha asimilado la que se nos viene encima. Las habladurías económicas son casi siempre la antesala de las verdades más inmisericordes, y éstas no nos auguran buen futuro ni a corto ni a medio plazo. Se hablan de seis u ocho años muy difíciles, y por desgracia no lo pronostican los meteorólogos, éstos que no dan una en el clavo. ¡Sí, al menos lo hiciesen ellos!
El Gobierno, ya en ciernes de unas elecciones autonómicas, vuelve a omitir la verdad, como lo realizó en los albores de 2008. Se jugaban unas elecciones generales. No era el momento para asustar al pueblo. Mejor mentir, engañar y conseguir votos. Pero, en estos momentos, los rumores se disparan en contra de Portugal y España, y un servidor que comienza a estar acongojado y es fiel creyente del refranero español, piensa que: “Cuando el río suena, agua lleva”.
Cada día, me invaden más las malas noticias de gente cercana que se queda sin trabajo toda la familia. Jóvenes matrimonios con un bebé a cuestas que se refugian en la casa materna, o paterna y materna, caso de que entre sus progenitores no haya un divorcio de por el medio. Y, de todo esto no se habla. El humo de la campaña sin fumada, no nos deja ver la actualidad cotidiana por la que atravesamos los españoles.
Los gobiernos, y de éstos, sus gobernantes, son únicos para tapar las realidades cuando estas resultan ser agoreras. Sin embargo, se convierten en campaneros de oficio, cuando se trata de dar una posible noticia medio creíble, pero halagüeña.
Por otra parte, y muy a pesar mío, no es hora de ponernos delante de un toro para evitar el hambre como hizo aquel valiente “Espartero” y que acabó su vida en el ruedo de La Monumental de Madrid, a causa de la cornada de un Miura, por estar los toros igualmente prohibidos como el tabaco.
Sinceramente pienso, que el mundo que aglutina a los políticos, se está preocupando en demasía por nuestra salud, y se olvidan de las cornás que da el hambre.
Lo vengo a recordar, debido a que quizás debamos enterrar el hacha de guerra en contra de La Ley Antitabaco, tan poco tolerante con más de un 35% de la población española, y a la que, a un servidor ni le va ni le viene al no ser fumador, pero, siempre suelo meterme en camisas de once varas, ante el menor atisbo de leyes prohibitivas, arrogantes y privativas de pequeños placeres para un pueblo que se desangra de hambre.
El pueblo español, aún no ha asimilado la que se nos viene encima. Las habladurías económicas son casi siempre la antesala de las verdades más inmisericordes, y éstas no nos auguran buen futuro ni a corto ni a medio plazo. Se hablan de seis u ocho años muy difíciles, y por desgracia no lo pronostican los meteorólogos, éstos que no dan una en el clavo. ¡Sí, al menos lo hiciesen ellos!
El Gobierno, ya en ciernes de unas elecciones autonómicas, vuelve a omitir la verdad, como lo realizó en los albores de 2008. Se jugaban unas elecciones generales. No era el momento para asustar al pueblo. Mejor mentir, engañar y conseguir votos. Pero, en estos momentos, los rumores se disparan en contra de Portugal y España, y un servidor que comienza a estar acongojado y es fiel creyente del refranero español, piensa que: “Cuando el río suena, agua lleva”.
Cada día, me invaden más las malas noticias de gente cercana que se queda sin trabajo toda la familia. Jóvenes matrimonios con un bebé a cuestas que se refugian en la casa materna, o paterna y materna, caso de que entre sus progenitores no haya un divorcio de por el medio. Y, de todo esto no se habla. El humo de la campaña sin fumada, no nos deja ver la actualidad cotidiana por la que atravesamos los españoles.
Los gobiernos, y de éstos, sus gobernantes, son únicos para tapar las realidades cuando estas resultan ser agoreras. Sin embargo, se convierten en campaneros de oficio, cuando se trata de dar una posible noticia medio creíble, pero halagüeña.
Por otra parte, y muy a pesar mío, no es hora de ponernos delante de un toro para evitar el hambre como hizo aquel valiente “Espartero” y que acabó su vida en el ruedo de La Monumental de Madrid, a causa de la cornada de un Miura, por estar los toros igualmente prohibidos como el tabaco.
Sinceramente pienso, que el mundo que aglutina a los políticos, se está preocupando en demasía por nuestra salud, y se olvidan de las cornás que da el hambre.
LOS RAYOS CAÓTICOS DEL TELEVISOR
La guerra en contra del ciudadano, pobre y mísero se ha desatado. La felicidad aunque sea por un ratito, está proscrita en España. Las órdenes son: ¡A por ellos, y que se jodan!
Imposible ser felices, al pueblo –a éste al que pertenece un servidor y todos ustedes– los gobiernos –expresado en plural– van a por nosotros y de qué modo. Les jode, que dentro de la miseria, exista gente con un rayo catódico de esperanza y felicidad que poder observar desde el exterior tomando una cervecita, degustando un cigarrillo y bien acompañado. ¡Se acabó!
Con lo a gusto que, cenábamos en casa en verano en nuestra terracita frente al ventanal, con la televisión girada hacia afuera viendo algún partido de fútbol o una película, en bañador y una camisa de manga corta, descalzos y con REDI a nuestros pies. ¡Hoy imposible! Ahora costará 1.500 euros de multa.
Nos contentábamos con poco, eso, un plato de caracoles con una guindilla, el barral de vino con gaseosa, cuatro cacahuetes valencianos asados y un frito de tomate con pimientos y alguna longaniza, el pan para mojar, y al aire libre visionando el estrellado firmamento y, sin saberlo, recibiendo los catódicos rayos del televisor.
La pareja de policías que te visiten, con cierta razón y educación fingida, te dirán que la Ley proviene de principios de 2009. Y que, entonces la crisis no era tan aguda. Algunas prohibiciones se han saltado a la torera, tal como en ésta, aunque en realidad las multas se ponían si el aparato televisivo estaba fuera en la terraza.
Pero, ¡hasta hoy hemos llegado! los policías te darán las buenas noches, pero antes de que entren en tu recinto privado, ya le habrás dado la vuelta al televisor. ¡Cara a la pared, castigado!
¡Buenas noches señores, y buen provecho!
¡Buenas noches agentes, y gracias!
¿A qué se debe su visita?
Les vamos a multar con 1.500 euros.
¡Ay Madre Mía y Virgen de los Remedios! ¿Por qué, señores agentes?
Por estar fuera de la casa, pero viendo por la ventana la televisión.
Pero, si no la vemos, sólo la oímos.
Se acercan ambos, miran por el ventanal, y se quedan petrificados.
Joder, pues hubiésemos jurado que lo estaban viendo.
Por cierto, esto huele muy bien.
Caserito, ¿desean probarlo?
Nos sabe mal…, en todo caso, unos cacahuetes y un traguito de vino con gaseosa.
¡Goooool del Valencia, ha marcado Mata!
¡Ay, que joderse, me he fastidiado el gol! Piensa el cabeza de familia.
Bueno, pues nada, nos vamos a ver si pescamos a algunos desaprensivos, que se juegan la vida y la vista con los rayos catódicos.
Imposible ser felices, al pueblo –a éste al que pertenece un servidor y todos ustedes– los gobiernos –expresado en plural– van a por nosotros y de qué modo. Les jode, que dentro de la miseria, exista gente con un rayo catódico de esperanza y felicidad que poder observar desde el exterior tomando una cervecita, degustando un cigarrillo y bien acompañado. ¡Se acabó!
Con lo a gusto que, cenábamos en casa en verano en nuestra terracita frente al ventanal, con la televisión girada hacia afuera viendo algún partido de fútbol o una película, en bañador y una camisa de manga corta, descalzos y con REDI a nuestros pies. ¡Hoy imposible! Ahora costará 1.500 euros de multa.
Nos contentábamos con poco, eso, un plato de caracoles con una guindilla, el barral de vino con gaseosa, cuatro cacahuetes valencianos asados y un frito de tomate con pimientos y alguna longaniza, el pan para mojar, y al aire libre visionando el estrellado firmamento y, sin saberlo, recibiendo los catódicos rayos del televisor.
La pareja de policías que te visiten, con cierta razón y educación fingida, te dirán que la Ley proviene de principios de 2009. Y que, entonces la crisis no era tan aguda. Algunas prohibiciones se han saltado a la torera, tal como en ésta, aunque en realidad las multas se ponían si el aparato televisivo estaba fuera en la terraza.
Pero, ¡hasta hoy hemos llegado! los policías te darán las buenas noches, pero antes de que entren en tu recinto privado, ya le habrás dado la vuelta al televisor. ¡Cara a la pared, castigado!
¡Buenas noches señores, y buen provecho!
¡Buenas noches agentes, y gracias!
¿A qué se debe su visita?
Les vamos a multar con 1.500 euros.
¡Ay Madre Mía y Virgen de los Remedios! ¿Por qué, señores agentes?
Por estar fuera de la casa, pero viendo por la ventana la televisión.
Pero, si no la vemos, sólo la oímos.
Se acercan ambos, miran por el ventanal, y se quedan petrificados.
Joder, pues hubiésemos jurado que lo estaban viendo.
Por cierto, esto huele muy bien.
Caserito, ¿desean probarlo?
Nos sabe mal…, en todo caso, unos cacahuetes y un traguito de vino con gaseosa.
¡Goooool del Valencia, ha marcado Mata!
¡Ay, que joderse, me he fastidiado el gol! Piensa el cabeza de familia.
Bueno, pues nada, nos vamos a ver si pescamos a algunos desaprensivos, que se juegan la vida y la vista con los rayos catódicos.
sábado, 15 de enero de 2011
¡EN LOS ESCUSADOS!
Quienes deseen darle unas caladitas a un pitillo, tras la comida de rigor, antes del cafetito y más tarde, deberán de ir a los escusados o retretes de los bares. Se pedirá la vez, y la cola se verá muy concurrida. En ésta se entablarán amistades e incluso se podrá ligar. La ventana, caso de existir, habrá que mantenerla abierta, aún a riesgo del consiguiente resfriado al sentarse con el culo al aire.
Lo malo en estas colas será, cuando a alguien no fumador le aprieten las necesidades fisiológicas mayores. ¡Por ahí se puede armar la gorda! Y haber más que palabras. Esperemos que no llegue la sangre al río, o al escusado, por un allá quítame una paja. Pueden salirle imitadores para ganar metros en la cola, el deseo y placer por fumar, creará picarescas.
Yo, sin ser muy fumador de adolescente y joven, buscaba el escusado por las noches para fumarme un pitillo a escondidas de mis padres. Y eso que ya tenía veinte años. Dejaba la ventana bien abierta, para que se disipara el humo.
Igualmente el escusado se usaba en los institutos. Pero, pasado éste, ya en la Facultad o Universidad, nos dejaban fumar en clase, aunque no, asistir a ésta sin corbata.
Un servidor que siempre fue de izquierdas, pero no de éstas izquierdas de hoy en día, a los que tan sólo les falta ir con el brazo derecho en alto y la palma de la mano extendida hacia abajo, estaba como loco esperando que se muriese Franco –con perdón hacia todos los franquistas y a los de las derechas– con la finalidad de alcanzar una libertad, y ésta nos llegó de la mano de Felipe González.
Hasta Carrillo, incitó a los jóvenes a fumar porros. ¡Qué tiempos! Y, qué sentido de la moral política.
Disfruté de esta democracia enmascarada dentro de una Monarquía, amañada y atada por el dictador, sobre todo cuando viajaba por medio Mundo, y ya podía alardear de ser español en Corea, China, Estados Unidos y sobre todo, por toda Europa. Y el non plus ultra del goce, fue cuando España entró en la Unión Europea de hecho y con todos los derechos, de la mano de aquel extraño hombrecito, el señor Morán, del que nunca se sabía si iba o venía. Pasé a poseer pasaporte comunitario, y no realizaba colas en los aeropuertos europeos.
Pero de repente, con Zapatero, él que se ha manifestado como rojo, nos han llegado todas las intolerancias y prohibiciones más disímiles, y todas ellas con la consiguiente sanción debajo del brazo. Yo que llevo 19 años sin fumar, tras haber estado otros siete anteriormente, no me cabe en la cabeza, esta medida inquisitoria, junto a otras de mayor calado, y todas ellas al descuido y por decretazo. ¡Menuda libertad!
Sin embargo, igualmente ocurre en la media España en la que Gobierna el PP. Aquí, con tal de recaudar y jodernos lo más posible, posee un paquete de asesores cada político, dedicados a hacernos la vida imposible.
En España, al margen de los parados, que suman casi cinco millones, al resto nos han convertido en corderos guiados por gañanes, y casi hay más gañanes que corderos. ¡Qué cosas! ¿Lo qué no sé, es cómo mantener a tantos gañanes?
Habrá que dar muchos rodeos por las vías públicas para poder encender un cigarrillo, y fumarlo con deleite incontenido y placer hasta apurar la última calada. No va a resultar fácil, cuándo no pasas cerca de un parque, es por un colegio, hospital, clínica o ambulatorio, o te das de bruces con un no fumador con ganas de joder y denunciar. No sé, pero lo veo complicado para el colectivo.
Lo siento por todo el núcleo de fumadores/as, y al cual le ofrezco todo mi apoyo, aunque me temo que esto no baste. Pero les recomiendo como el lugar más íntimo, el escusado. A un servidor en mi juventud, siempre me dio buenos resultados. ¿Oh, dónde creen que se lo van a fumar en lo sucesivo los médicos y enfermeras/os? ¡En los escusados! Pero, allí habrá un rollo de esos con numeritos, colgado en la pared cercano a la puerta de cada retrete o común.
Un bedel, dirá aquello: ¡El 23!
Yo, yo…
Joder, pues yo tengo el sesenta y nueve, pensará otro. Me queda para rato…, y encima me meo encima, pero cualquiera pierde el turno.
Se oirá de todo.
Otro, cuando esté a punto de entrar por riguroso orden numérico, sonará por los altavoces su nombre:
Doctor fulanito de tal, acuda a urgencias.
¡Cachis la mar, ahora que me tocaba!
Y comenzarán las subastas:
¡Le compro el número!
¿Por cuánto? Pero rápido…
Diez Euros.
Yo ofrezco quince.
Y yo, veinte.
El bedel, expresará aquello, de veinte a la una, a las dos, y a las tres: Adjudicado el cincuenta y siete, a la doctora Merceditas.
El médico de las urgencias, se irá jodido, pero menos con sus veinte euros en la bolchaca.
Hasta que un día, nos sorprendan, exigiendo el listo de turno, que se instalen cámaras en los escusados con el fin de ver el uso que se les da a los mismos. Y ojo, serán cámaras en tres dimensiones. ¡Al tiempo!
Capricho
Lo malo en estas colas será, cuando a alguien no fumador le aprieten las necesidades fisiológicas mayores. ¡Por ahí se puede armar la gorda! Y haber más que palabras. Esperemos que no llegue la sangre al río, o al escusado, por un allá quítame una paja. Pueden salirle imitadores para ganar metros en la cola, el deseo y placer por fumar, creará picarescas.
Yo, sin ser muy fumador de adolescente y joven, buscaba el escusado por las noches para fumarme un pitillo a escondidas de mis padres. Y eso que ya tenía veinte años. Dejaba la ventana bien abierta, para que se disipara el humo.
Igualmente el escusado se usaba en los institutos. Pero, pasado éste, ya en la Facultad o Universidad, nos dejaban fumar en clase, aunque no, asistir a ésta sin corbata.
Un servidor que siempre fue de izquierdas, pero no de éstas izquierdas de hoy en día, a los que tan sólo les falta ir con el brazo derecho en alto y la palma de la mano extendida hacia abajo, estaba como loco esperando que se muriese Franco –con perdón hacia todos los franquistas y a los de las derechas– con la finalidad de alcanzar una libertad, y ésta nos llegó de la mano de Felipe González.
Hasta Carrillo, incitó a los jóvenes a fumar porros. ¡Qué tiempos! Y, qué sentido de la moral política.
Disfruté de esta democracia enmascarada dentro de una Monarquía, amañada y atada por el dictador, sobre todo cuando viajaba por medio Mundo, y ya podía alardear de ser español en Corea, China, Estados Unidos y sobre todo, por toda Europa. Y el non plus ultra del goce, fue cuando España entró en la Unión Europea de hecho y con todos los derechos, de la mano de aquel extraño hombrecito, el señor Morán, del que nunca se sabía si iba o venía. Pasé a poseer pasaporte comunitario, y no realizaba colas en los aeropuertos europeos.
Pero de repente, con Zapatero, él que se ha manifestado como rojo, nos han llegado todas las intolerancias y prohibiciones más disímiles, y todas ellas con la consiguiente sanción debajo del brazo. Yo que llevo 19 años sin fumar, tras haber estado otros siete anteriormente, no me cabe en la cabeza, esta medida inquisitoria, junto a otras de mayor calado, y todas ellas al descuido y por decretazo. ¡Menuda libertad!
Sin embargo, igualmente ocurre en la media España en la que Gobierna el PP. Aquí, con tal de recaudar y jodernos lo más posible, posee un paquete de asesores cada político, dedicados a hacernos la vida imposible.
En España, al margen de los parados, que suman casi cinco millones, al resto nos han convertido en corderos guiados por gañanes, y casi hay más gañanes que corderos. ¡Qué cosas! ¿Lo qué no sé, es cómo mantener a tantos gañanes?
Habrá que dar muchos rodeos por las vías públicas para poder encender un cigarrillo, y fumarlo con deleite incontenido y placer hasta apurar la última calada. No va a resultar fácil, cuándo no pasas cerca de un parque, es por un colegio, hospital, clínica o ambulatorio, o te das de bruces con un no fumador con ganas de joder y denunciar. No sé, pero lo veo complicado para el colectivo.
Lo siento por todo el núcleo de fumadores/as, y al cual le ofrezco todo mi apoyo, aunque me temo que esto no baste. Pero les recomiendo como el lugar más íntimo, el escusado. A un servidor en mi juventud, siempre me dio buenos resultados. ¿Oh, dónde creen que se lo van a fumar en lo sucesivo los médicos y enfermeras/os? ¡En los escusados! Pero, allí habrá un rollo de esos con numeritos, colgado en la pared cercano a la puerta de cada retrete o común.
Un bedel, dirá aquello: ¡El 23!
Yo, yo…
Joder, pues yo tengo el sesenta y nueve, pensará otro. Me queda para rato…, y encima me meo encima, pero cualquiera pierde el turno.
Se oirá de todo.
Otro, cuando esté a punto de entrar por riguroso orden numérico, sonará por los altavoces su nombre:
Doctor fulanito de tal, acuda a urgencias.
¡Cachis la mar, ahora que me tocaba!
Y comenzarán las subastas:
¡Le compro el número!
¿Por cuánto? Pero rápido…
Diez Euros.
Yo ofrezco quince.
Y yo, veinte.
El bedel, expresará aquello, de veinte a la una, a las dos, y a las tres: Adjudicado el cincuenta y siete, a la doctora Merceditas.
El médico de las urgencias, se irá jodido, pero menos con sus veinte euros en la bolchaca.
Hasta que un día, nos sorprendan, exigiendo el listo de turno, que se instalen cámaras en los escusados con el fin de ver el uso que se les da a los mismos. Y ojo, serán cámaras en tres dimensiones. ¡Al tiempo!
Capricho
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